Pedradas, culos al aire, gritos e insultos, son «armas» que utilizaron los vendedores de drogas en Son Banya, ante los controles policiales en la entrada del poblado que perjudicaba de manera ostensible el negocio del narcotráfico. Los controles se llevaron a cabo la noche del pasado miércoles por parte de efectivos de la Unidad de Intervención Inmediata (UII) de la Policía Local de Palma, y continuaron a primera hora de la mañana de ayer. Por la noche hubo sólo alguna que otra «queja» pero ayer por la mañana el asunto ya pasó a mayores, hasta que los efectivos de los UII se dirigieron hacia los «manifestantes» y la situación se tranquilizó.
A nivel oficial, el gabinete de prensa de la Policía Local de Palma informó ayer de que, a raíz de los controles efectuados por la mañana, los efectivos de la UII identificaron a un total de 21 personas que acudieron al poblado en vehículos, y que nueve de ellos fueron retirados por la grúa al presentar los coches deficiencias de índole administrativo. También se tramitaron dieciocho denuncias por dar positivo en los controles de etilometría, aunque no se produjo ninguna detención puesto que los afectados no llegaron a la tasa exigida para considerar que hayan cometido un ilícito penal. En lo que respecta al narcotráfico los agentes levantaron seis actas a otras tantas personas, por tenencia de sustancias estupefacientes, y otras siete actas estuvieron motivadas por tenencia de armas prohibidas, aun que ninguna de ellas era de fuego. El control de la mañana se inició sobre las siete y media.
Como se suele hacer habitualmente, agentes y vehículos se colocaron en la entrada, formando una especie de «embudo» por el que tenían que pasar todos los vehículos que se dirigían al poblado. A pesar de la temprana hora fueron más de una veintena las personas que se dirigían a los distintos puntos de venta. En su mayoría se trataba de vehículos procedentes de la Platja de Palma y que se dirigían después a Palma.
Después de más de media hora de diligencias policiales, algunos residentes en el poblado comenzaron a «asomarse» desde la zona donde están las primeras casas, primero con gestos despectivos hacia los policías, como dándoles a entender que les estaban «molestando» porque no podían vender. De los gestos se pasó a que después alguno de ellos se bajó los pantalones y enseñaron sus traseros a los agentes y, más tarde, se inició el lanzamiento de piedras. Cuando los policías se fueron hacia ellos los «manifestantes» se dispersaron de manera rápida y ya no se produjeron más incidentes. En las próximas horas habrá más controles.
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