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JAVIER JIMÉNEZ La mujer salió de su casa en Son Servera por la mañana y tenía la intención de dirigirse al trabajo en su monovolumen cuando, de improviso, un desconocido se introdujo en su vehículo y la amenazó para que arrancara. Le indicó, en un perfecto castellano, hacia donde tenía que dirigirse y la víctima, aterrorizada, no intentó ninguna maniobra para huir. El coche llegó al camino viejo del Coll des Vidrier, en el término de Capdepera, y el individuo le ordenó que se apeara. La trató con gran rudeza y le exigió que se quitara la ropa. A continuación la vejó con un palo y luego, a pesar de las súplicas de la fémina, comenzó a golpearla con saña en distintas partes del cuerpo.

Tras la paliza el agresor la dejó abandonada en aquel paraje y escapó, al parecer corriendo. Podría haberse subido al monovolumen de la víctima, pero no lo hizo. La señora intentó recobrar la calma y realizó, a duras penas, una llamada de emergencia con su teléfono móvil. Contó brevemente lo que había ocurrido y facilitó su ubicación. La Guardia Civil y una ambulancia se desplazaron hasta el kilómetro 6 de esa carretera de Capdepera a Son Servera y, en efecto, se encontraron a la agredida en un estado lamentable. Sollozaba y apenas podía articular palabra. En un principio se temió que hubiera sufrido lesiones de carácter grave, ya que estaba ensangrentada por casi todo el cuerpo. Este periódico comprobó, dos horas después, que quedaban apósitos y vendas llenas de sangre en el paraje.