Yvonne O'Brien tenía 44 años cuando fue salvajemente mutilada y destripada en Alcúdia.

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La policía está investigando si el brutal crimen de una costurera en Bournemouth, en noviembre de 2002, tiene relación con el sádico asesinato de Yvonne O'Brien, en agosto de 1999 en el Port d'Alcúdia.

Heather Barnett, que tenía 48 años, fue atacada en su casa, cuando su marido estaba trabajando y sus dos hijos en el colegio. Fueron precisamente los chicos -Terry, de 14 años, y Caitlin, de 11-- los que encontraron el cadáver de su madre horriblemente mutilado en el cuarto de baño, en la planta baja. El asesino se había ensañado con ella: le había golpeado la cabeza hasta destrozarla, le había cortado los pechos y la había acuchillado repetidamente, en una auténtica orgía de sangre.

Un dato que enseguida llamó la atención de los investigadores fue que en una de las manos de la costurera apareció un mechón de pelo. No es raro que en los crímenes el asesino deje algún pelo, pero la forma en que estaba colocado el mechón era demasiado artificial, como si el sádico lo hubiera dejado allí para despistar. Y en efecto, las investigaciones posteriores determinaron que a varias mujeres de esa localidad inglesa un desconocido las había abordado y les había cortado con unas tijeras un trozo de cabellera. Por aquel entonces fue investigado un ex convicto llamado Danilo Restivo, que ya había estado implicado en la desaparición de una joven llamada Elisa Claps en la ciudad italiana de Potenza, el 12 de septiembre de 1993.

Danilo conocía a Heather y parece ser que había estado en su casa, pero no se pudo confirmar que fuera el asesino. Ahora, los investigadores están comparando el crimen de Alcúdia y el de Bournemouth por si hubiera alguna relación entre ellos. Tal y como informó este periódico, Interpol tiene desde hace unos días un nuevo sospechoso del crimen de Yvonne, casi diez años después de que la británica fuera mutilada y destripada.