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JAVIER JIMÉNEZ «No voy a declarar». Antonio S.O. se enrocó, como ya hizo hace doce años. Ayer se le acusaba de la desaparición de Margalida Bestard; en 1996 de la desaparición de Àngeles Arroyo. Su postura ha sido idéntica.

El vecino de s'Arenal comenzó lo que debía ser su declaración oficial en la Comandancia de la Guardia Civil de Palma a las cinco y media de la tarde, media hora sobre el horario previsto. Lo acompañaba su abogado Carlos Portalo. El instructor del caso, acompañado de otros investigadores, le realizaron una serie de preguntas relacionadas con Margalida Bestard, que él se negó a contestar. Antonio y la casera discutieron por un recibo y se conocían porque la mujer, tiempo atrás, le vendió una vivienda al acusado. La Policía Judicial cree que esa disputa finalizó con la mujer muerta y apunta a Antonio como único responsable. El hombre, sin embargo, siempre lo ha negado. Ayer, en cualquier caso, no ofreció ningún tipo de explicación.

Antonio S. pasó la noche en los calabozos, por tercera vez consecutiva. Hoy por la mañana, antes de la diez, estaba previsto que fuera trasladado hasta el juzgado, para declarar ante el juez de guardia. Miquel Serra, hijo de Margalida, reconoció ayer por la tarde que esperaba «ansioso» detalles sobre la declaración del sospechoso: «Para la familia está clarísimo que es el asesino de mi madre. Sólo esperamos que confiese dónde está ella, para poder enterrarla».

Miquel sopesó la posibilidad de que el acusado quede libre y anunció que en ese caso «montaremos manifestaciones y moveremos cielo y tierra hasta que aparezca el cuerpo de mi madre y é sea encerrado. Ya ha hecho lo mismo dos veces, es una locura que esté en la calle, libre». Por último, el hijo de Margalida lanzó una pregunta: «¿Tiene que matar a una tercera mujer para que lo metan en la cárcel?».

Las fuentes consultadas indicaron que la no confesión de Antonio S. no implica «ni mucho menos» que la investigación sobre Margalida finalice.