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JULIO BASTIDA «Todos estamos bien. Tengo que dar gracias a Dios y reconocer que nunca había pasado tanto miedo. Fue una pesadilla que hay que olvidar cuanto antes», relataba ayer Anabel, propietaria de la residencia, que en la tarde del pasado lunes se incendió en Cala Major y tuvo que ser desalojada.

Al parecer y, según las primeras hipótesis de la investigación realizada por los investigadores y los peritos de la compañía aseguradora, todo apunta a que el incendio se produjo de manera totalmente accidental y fruto de una colilla que fue lanzada desde el exterior por un respiradero.

La directora del complejo de residencias 'Ana Bel', comentó que «alguien desde la calle lanzó una colilla por uno de los respiraderos que tenemos en la terraza. El cigarro cayó a uno de los almacenes que se encuentran en el subterráneo de la residencia y que desde hace tiempo está cerrado. No estamos muy seguros, pero parece que la colilla prendió un colchón y fue lo que originó el incendio que se propagó con facilidad».

Los 25 internos de la residencia inmediatamente fueron recolocados en varios centros. Siete de ellos han sido acogidos en otra residencia de la misma cadena. Siete residentes más fueron trasladados a una residencia de Costa d'en Blanes y el resto fueron internados provisionalmente en otra residencia de ámbito privado que desea permanecer en el anonimato.

«No quiero aventurarme en decir cuándo podrán los residentes volver a la residencia, pero estoy segura que será antes de lo previsto. Las habitaciones están bien y sólo quedó afectado parte del almacén. Además, la trabajadora que se vio afectada por el humo ya se encuentra perfectamente», finaliza la directora del centro. El siniestro se produjo sobre las cinco de la tarde del pasado lunes. Rápidamente se activaron todas las alarmas y un amplio operativo de los equipos de emergencia se pusieron en marcha.

Varios testigos presenciales afirmaron: «Había una gran humareda y se vivieron momentos de mucha tensión y nerviosismo. Hay que pensar que estaban desalojando a gente mayor y con movilidad reducida. Prácticamente a todos les tenían que ayudar. El personal del centro hizo un gran trabajo y los bomberos, policía y ambulancias también. Si no es por ellos no sé lo que hubiera pasado».

Por otra parte, Antoni Marí, ex presidente de una asociación vecinal de la zona de Cala Major, se ha convertido en el promotor de una plataforma que pretende defender los derechos de los internos de las residencias de la barriada.

En la mañana de ayer, Marí entregó documentación referente a este tema a diversos regidores del Ajuntament de Palma.