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JULIO BASTIDA Eran aproximadamente las doce de la noche del viernes al sábado cuando los vecinos de la Plaça Pere Garau de Palma alertaban a las autoridades competentes de que en las inmediaciones de la citada plaza esquina con la calle Gabriel Llabrés, aproximadamente a la altura del número 18, se encontraba un «moro con la cara llena de sangre que lo acaban de apuñalar».

En ese instante se activaron todas las alarmas y numerosas patrullas de la Policía Local de Palma y del Cuerpo Nacional de Policía se dirigieron con carácter de urgencia hasta el lugar de los hechos. Una vez allí, localizaron a un varón de aproximadamente unos 20 años de edad y que responde al nombre de Z.A., cuya nacionalidad es marroquí, aunque su residencia oficial figura en Inglaterra.

Los agentes tuvieron dificultades para entenderse con la víctima, dado que no hablaba nada de español y se encontraba muy alterado. Además los investigadores tuvieron serias dudas de que un ciudadano marroquí que, según su versión: «me encuentro de vacaciones en la Isla», estuviera solo en la Plaça Pere Garau un viernes a las doce de la noche.

El hombre tenía el rostro desfigurado a consecuencia de cuatro cortes que brotaban sangre abundantemente y que fueron producidos por un ataque indiscriminado de arma blanca. Con ayuda de una camiseta presionaba las heridas para detener la hemorragia hasta la llegada de los servicios sanitarios.

Al parecer y, según varios vecinos de la zona no se descarta que el apuñalamiento fuese consecuencia de una ajuste de cuentas. Este punto está siendo investigado por la policía.

«Yo no quiero que salga mi nombre en el periódico, pero es una vergüenza. Ha sido un ajuste de cuentas por temas de hachís. Esto lo sabemos todos los vecinos desde hace años y aquí nadie hace nada. La policía los pilla y por una puerta entran y por la otra salen», comentaba un vecino que bajó en pijama a la calle y que presenció los hechos.

Las pesquisas policiales realizadas 'in situ' apuntaban a que los autores materiales de la agresión eran cuatro hombres. Uno de ellos, con ayuda de un cuchillo, le asestó cuatro puñaladas en el rostro, mientras que los otros tres individuos le propinaban una brutal paliza. Según la descripción de algunos testigos los sujetos emprendieron la huida y vestían pantalones cortos y camisetas o camisas blancas.

Los cuerpos de seguridad, tanto Policía Local como Cuerpo Nacional de Policía iniciaron un espectacular despliegue con la finalidad de localizar a los agresores. Hasta el momento no se tiene constancia de que se produjera ninguna detención pero no se descarta que en las próximas horas se realicen. Los vecinos y residentes de la barriada de Pere Garau no ganan para disgustos. 24 horas antes de producirse el apuñalamiento, la Policía Local sorprendía a unos ladrones en el interior del bar 'Las Picadas', sito en la misma plaza, donde habían reventado una barrera de entrada al local, una caja registradora y dos máquinas tragaperras. Los agentes lograron detener a uno de los ladrones y ponerlo a disposición judicial. Otro vecino nos comentó que «hace unos meses, un joven fue a un moro a comprarle 'coca' y le pagó con un billete de 20 euros, el vendedor le cogió el dinero y le pidió más. En ese momento se entabló una fuerte discusión y el moro sacó un cuchillo y empezó a apuñalar al joven. Esto es el pan nuestro de cada día. El barrio de Pere Garau es muy bonito para vivir, pero toda esta mierda de gente, delincuentes y chorizos, dan una imagen que no queremos. Espero que las autoridades hagan algo para evitar que situaciones como ésta se repitan en un futuro», concluía un comerciante de la zona que se encontraba muy alterado e indignado.