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Àlex del Ojo Fernández es un joven de 29 años que el pasado 16 de marzo sufrió un grave accidente de tráfico en la autopista de Peguera. El joven se quedó dormido al volante cuando regresaba a su casa, en Costa de la Calma, y a la altura del desvío hacia Bendinat su coche colisionó contra el guardarraíl y salió propulsado. A causa del violento impacto, Àlex sufrió lesiones muy graves y los médicos incluso temieron que no pudiese volver a andar.

Medio año después, y tras una dura rehabilitación, el joven se recupera satisfactoriamente, explica su historia para «ver si puedo evitar algún accidente como el mío», y quiere dar las gracias públicamente a todas las personas que le han apoyado durante todo este tiempo, «y especialmente a mi madre, porque mi recuperación es cien por cien gracias a ella». Al respecto, Àlex afirma que «la familia y los amigos son las víctimas silenciosas de los accidentes, lo pasan tan mal como tú y cada vez que nos ponemos al volante hay que tener en cuenta que hay gente detrás de nosotros que también sufre si nos pasa algo».

Àlex tuvo el accidente a las cinco de la mañana, cuando regresaba a su casa, después de haber salido con unos amigos por el Paseo Marítimo. «El test de alcoholemia que me hicieron dio negativo, no había bebido, y por ello no he tenido problemas con el seguro, pero estaba muy cansado y me quedé dormido al volante. Por la tarde había tenido un cumpleaños en Inca, de noche fui al Marítimo y me encontré unos amigos, me dijeron que a las tres de la mañana cogeríamos un taxi, pero me quedé un rato más porque me encontré con otros amigos, después cogí el coche para ir a casa y tuve el accidente. Me rompí la pelvis y una costilla que se rompió me 'pinchó' por dentro y me destrozó», indica. Tras el siniestro Àlex fue hospitalizado en Son Dureta y estuvo un mes en coma. «Luego desperté y estuve un mes más ingresado sin andar porque no podía», añade.

Rehabilitación
«A finales de mayo me llevaron en un avión ambulancia a Barcelona y he hecho rehabilitación en el Instituto Guttman durante cien días. He vuelto a andar y desde hace un mes estoy en Mallorca. Ayer empecé a hacer rehabilitación en San Juan de Dios y tengo que mirar si puedo lograr un bono para la piscina de Calvià para seguir haciendo ejercicios», continúa explicando Àlex, quien trabajaba como carpintero de barcos.

«No se puede volver atrás, pasó el accidente y ya está, lo más acertado hubiese sido dejar el coche y volver a casa en taxi o con alguien. Tengo la suerte de poder contarlo y si explico mi historia tal vez alguien que la lea decida no coger el coche si está cansado, y puede que evitemos un accidente como el mío o más grave. Yo, por mi parte, estaré una temporada sin conducir, primero porque tengo que terminar de recuperarme y después para evitar que mi madre y mi familia se preocupen y lo pasen mal», concluye.