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JAVIER JIMÉNEZ «Yo no he matado a su hija». Hermenegildo Fernández Salvá, el joven encarcelado por el crimen de Laura Gallego Negre en Es Figueral, ha remitido una carta a la madre de la víctima en la que proclama su inocencia y asegura que la Guardia Civil le «enroscó el marrón» porque era toxicómano y delincuente.

Ana Negre, la madre, nada más recibir la misiva, con sello del centro penitenciario, se puso en contacto con la Policía Judicial de la Guardia Civil, que ha añadido la carta a las diligencias entregadas en el juzgado.

«Aclararé la verdad»
Hermenegildo sostiene que la verdad «sólo la sé yo» y añade que luchará para demostrar que él no tuvo nada que ver con la paliza mortal que recibió su compañera sentimental en el garaje que utilizaban como dormitorio.

El mecánico encarcelado, apodado «El David», también ha enviado comunicados a los medios de comunicación, entre ellos Ultima Hora. «Claro que Laura murió en el garaje, pero no fui yo quien la mató. Claro que limpié a Laura, pero en ningún momento borré o tuve intención de limpiar ninguna mancha de sangre», sostiene en el escrito recibido en esta redacción.

Hermenegildo reconoce que él y su novia llevaban tiempo comprando droga con billetes falsos: «Aunque no es lo mismo poner dos billetes de curso legal y uno falso a dar los tres billetes falsos».

El presunto asesino insiste en que «no se pueden imaginar lo duro que es que te culpen de una cosa que no has hecho» y evidencia que ha caído en una profunda depresión: «Sólo tengo ganas de llorar, de estar en la cama hasta incluso quitarme la vida, porque es injusto que desde el día en que pasaron mi nombre por la emisora y pidieron informes por requisitoria quedé como el autor de la muerte de Laura».

Hermenegildo fue quien pidió ayuda la noche que se descubrió el cuerpo sin vida de la palmesana, pero en la carta deja bien claro que de haber sabido cómo iban a discurrir los acontecimientos «créanme que no habría llamado a la policía».

El ex boxeador aficionado reitera que «tengo la conciencia muy tranquila, y Laura y yo sabemos que no tengo nada que ver. Por muy drogado que fuera nunca en la vida hubiera hecho lo que realmente le hicieron».

El mecánico, que era consumidor habitual de 'crack', admite su dependencia de las drogas y su pasado turbio: «Sé que mi vida ha estado basada en muchos actos delictivos, pero de ahí a ser un asesino... ¡no!».