El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía detuvo ayer al joven que presuntamente tiroteó a un conocido en el Polígon de Llevant.
La víctima continúa ingresada en el hospital de Son Llàtzer y su estado no es preocupante. Fuentes del centro informaron que el herido está «estable y su pronóstico es reservado». Uno de los proyectiles le impactó en el vientre y fue el que le causó las lesiones más serias. Los otros dos tiros le alcanzaron un tobillo y una pierna.
El agresor y la víctima se conocían y, de hecho, en la mañana del domingo acudieron a una torrada con más gente en Santa Maria. Allí empezaron una discusión que continuó en Palma. Cuando estaban en un bar de la calle Valparaíso, muy cerca de la Comandancia de la Guardia Civil, la situación se hizo insostenible. Uno de los dos contendientes se marchó muy excitado del local y volvió con una pistola del calibre 22. Le disparó tres veces, pero Francisco José, la víctima, no perdió el conocimiento en ningún momento. Es más, casi no se dio ni cuenta de que presentaba tres heridas de bala. El joven se abalanzó sobre el pistolero y aún le propinó algunos golpes, antes de que aquel huyera. El arma fue localizada poco después, pero el fugitivo consiguió pasar la noche evadido. Por la mañana el Grupo de Homicidios estrechó el círculo y consiguió detenerlo. El herido no quería denunciarlo y llegó a comentar que ya arreglarían cuentas los dos, lejos de la policía. Los agentes han descubierto que el motivo por el que comenzó la pelea entre los dos detenidos era totalmente banal, aunque se fueron radicalizando las posturas y degeneró en enfrentamiento abierto. Ayer el tiroteo del domingo fue ampliamente comentado en la calle Valparaíso. Los vecinos se quejan de la falta de seguridad y de que algunos pandilleros tienen atemorizados a comerciantes y residentes.
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