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JAVIER JIMÉNEZ
El médico detenido el miércoles en Palma por someter a supuestos abusos sexuales a una paciente en su consulta ha negado en su declaración las imputaciones que pesan sobre él y ha proclamado su inocencia. M. M.P., de 57 años, ha quedado en libertad con cargos y en unos días deberá comparecer ante el juez que instruye las diligencias.

Tal y como adelantó ayer en exclusiva Ultima Hora, el facultativo, que además de dentista es médico inspector de la Seguridad Social, permaneció más de seis horas detenido en las dependencias de la Comandancia palmesana, en la calle Manuel Azaña.

Los agentes de la Policía Judicial le sometieron a un interrogatorio y él negó de forma categórica que hubiera introducido los dedos en las partes íntimas de una joven que había acudido a su consulta porque estaba de baja laboral a causa de una hernia discal. La víctima, que es vecina de Artà, aseguró que había sido víctima de abusos sexuales, ya que aquellos tocamientos no guardaban ninguna relación con la lesión que padecía.

El doctor, sin embargo, insistió en que su exploración se ciñó a lo estrictamente médico y en ningún momento se propasó con la paciente.
El profesional quedó en libertad con cargos tras finalizar su declaración, y en unos días deberá comparecer ante el juez para reafirmarse en su primera declaración.

Desde el Colegio Oficial de Médicos se está estudiando la situación de este facultativo y de momento no hay un pronunciamiento oficial sobre el segundo caso en dos semanas de un doctor detenido por supuestos abusos sexuales. Con el primer caso, el de J.P.O., un otorrino que grababa desnudas a sus pacientes, el Colegio Oficial decidió abrir un expediente disciplinario.

M.M.P., fue denunciado hace unos meses en Artà, aunque hasta el miércoles no se llevó a cabo su detención. La primera denuncia se concretó en el cuartel de aquella localidad y los agentes, al tratarse de un tema muy grave, pasaron el caso a la Policía Judicial de Palma, especializada en delitos sexuales.

Durante algunas semanas los funcionarios llevaron a cabo discretas gestiones e hicieron averiguaciones sobre el doctor sospechoso.
El miércoles por la mañana se decidió su detención y el juzgado fue informado del estado de las investigaciones en todo momento. Mientras M.M.P., sostuvo en todo momento su inocencia, J.P.O. acabó reconociendo que sufría una especie de enfermedad, o un deseo irreprimible, que le llevaba a grabar a sus pacientes desnudas, sin que ellas lo supieran. Al otorrino le encontraron una cámara donde al menos había una treintena de fotos de pacientes femeninas, algunas jóvenes y otras de mediana edad. Fue la denuncia de una menor la que destapó lo que estaba ocurriendo en la consulta del profesional.