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JAVIER JIMÉNEZ El temporal le salvó la vida. Un conductor se despeñó a primera hora de la mañana de ayer por la carretera de Sóller, de camino a Deià, y su brutal caída de 40 metros por un acantilado fue detenida por unos pinos caídos durante el último vendaval. El rescate de Guillem Bernat Moragues, de unos 30 años, fue laborioso y se prolongó durante más de una hora.

La víctima pilotaba un BMW de reciente matriculación y poco antes de la siete de la mañana, con la calzada mojada por la lluvia, se salió de la carretera por el margen derecho de la calzada, a la altura del kilómetro 58. Fue golpeándose contra arbustos y árboles hasta que se detuvo por una barrera natural formada por tres pinos caídos por la última tormenta. Guillem Bernat, el único ocupante, se fracturó una pierna y sufrió contusiones en casi todo el cuerpo, pero mantuvo la consciencia y pudo llamar por su teléfono móvil a la familia. Pidió ayuda y el centro de emergencias del 112 puso en marcha un dispositivo de auxilio, tras contactar con la Policía Local de Sóller y la Guardia Civil. Tres parques de bomberos "Sóller, Inca y Calvià" se desplazaron hasta ese tramo curvo y comenzaron el descenso por la pendiente, con cuerdas especiales. El conductor estaba atrapado y su rescate fue complejo. Finalmente fue subido en una camilla y los sanitarios que esperaban en la carretera, con una Uvi móvil, le aplicaron los primeros auxilios. Después fue evacuado hasta un centro hospitalario en estado grave, aunque no se teme por su vida.