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JULIO BASTIDA/FAUSTO RAMOS Funcionarios del Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía, dieron por finalizada la investigación que llevaban a cabo desde el pasado 26 de septiembre sobre una denuncia por un delito de robo con violencia e intimidación así como detención ilegal en un supermercado de la firma Eroski, ubicado en las calles Santa Florentina y Sant Ignasi de la barriada de Son Gotleu de Palma.

La operación policial se llevó a cabo en dos fases. El pasado martes fueron detenidos dos individuos implicados en los hechos, los cuales fueron puestos a disposición judicial y posteriormente ingresados en prisión. Los agentes en el hilo de la investigación consiguieron detener a otros cinco individuos, cuatro de ellos por los hechos cometidos y un quinto por un presunto delito de tráfico de drogas.

Los detenidos que han sido puestos a disposición judicial son Paúl F.V.A., de 25 años, Alexander O.A.O, de 31, Carlos A.. C.C., de 33, todos ellos de nacionalidad colombiana y Víctor O.B.B., de 37 y Carlos A. C.C., de 33, estos dos últimos de nacionalidad ecuatoriana.

Los cuatro primeros reseñados habrían accedido al citado centro comercial a la hora del cierre desplegándose en el interior del mismo fingiendo estar realizando compras. Acto seguido, y al comprobar que el resto de clientes que se encontraban en el interior, abandonaban el centro comercial iniciaron el asalto del mismo con un plan establecido.

Dos de los asaltantes intimidaron y aislaron a los distintos empleados en el almacén utilizando armas de fuego y defensas eléctricas maniatando a continuación con bridas de plástico a todos ellos. En ese momento se vivieron escenas de pánico y tensión entre el personal del supermercado que se encontraba en el interior del establecimiento y que temieron por su vida.

Los otros dos asaltantes se dirigieron a la oficina principal y tras intimidar con una pistola al responsable del establecimiento le inmovilizaron y le amordazaron colocándole también unas bridas de plástico en sus manos al propio tiempo que le decían que tomarían medidas contra su familia si avisaba a la policía, indicándole que sabían donde residían su esposa e hijos. Una vez cometido el atraco de donde se apoderaron de un total de 5.460 euros y un teléfono móvil los asaltantes emprendieron la huida.

Los detenidos, ante las pruebas aportadas por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía reconocieron su participación directa en los hechos, los cuales han pasado a disposición judicial.