Durante su procesamiento ante un jurado popular, el homicida condenado y ratificado, se mostró sonriente. Foto: A.SEPÚLVEDA

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AGUSTÍN AGUILÓ

El Tribunal Supremo lo ha confirmado. El 16 de enero del año 2005 Pedro José Carmona discutió primero con su novia Verónica Kovalovska en su domicilio de Cala d' Or, y luego acabó a golpes con la vida de ella.

El violento homicida fue condenado el mes de junio del año pasado en Palma a doce años y seis meses de cárcel después de que un jurado popular así lo emitiese en su veredicto de culpabilidad.

No de acuerdo con el citado veredicto, la defensa de Pedro apeló al Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB), que rechazó su petición. Entonces, era turno de acudir a una órgano superior, el Alto Tribunal, en cuyo reciente pronunciamiento ha ratificado lo que ya dictaron las instancias anteriores: Pedro José Carmona efectivamente mató a la que fuera su novia, la eslovaca Verónica Kovalovska.

El tristemente recordado como 'el Crimen de Cala d'Or', ocurrió en la madrugada del 16 de enero de 2005 en los apartamentos 'Los Cipreses', donde la pareja convivía. Parece ser que ambos mantuvieron una fuerte discusión. Posteriormente, según ha quedado probado y confirmado, Pedro José agarró un objeto contundente con el que le asestó diversos golpes en la cabeza y en la cara, causándole la muerte por destrucción de los centros vitales craneoencefálicos faciales. Después, la arrojó por el balcón.

Desde los inicios de las pesquisas policiales y judiciales, el ahora condenado no tan solo negó lo ocurrido sino que se mantuvo en todo momento en su versión. Según él, todo se produjo «tras una larga disputa dialéctica» y después de que la mujer «ingiriese una gran cantidad de alcohol, salió al balcón del inmueble e intentó saltar al apartamento vecino, precipitándose al vacío». Durante el juicio, el homicida llegar a declarar incluso, que había intentado reanimarla.

Tal alegato no fue aceptado por los nueve ciudadanos que compusieron el jurado popular, así que el segundo cartucho que le quedaba a su defensa era el de reconocer que sí hubo ánimo de lesionar a la joven eslovaca, pero no intención de acabar con su vida.

Es decir, lo que pretendía su abogado defensor, era que a Pedro José se le fuera impuesta una pena menor por la comisión de un delito de homicidio imprudente.

Pero esta segunda vía tampoco ha convencido al Tribunal Supremo que ha entendido que no existe imprudencia alguna en el modus operandi del homicida, pues este la golpeó repetidamente la cabeza y el rostro con varios objetos contusos e incisos, y luego la arrojó por el balcón.