El juez José Castro sale del Palau de Justicia después de ser el primer testigo en comparecer en la reanudación del juicio por el 'caso Son Banya'. Fotos: T. AYUGA / A. SEPÚLVEDA

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VICTOR MALAGÓN/PEP MATAS El juicio del 'caso Son Banya' pasó ayer por una jornada clave en la que pasaron por el estrado los principales testigos, con el juez José Castro en primer lugar y en la que la tensión desembocó en un leve desvanecimiento de 'La Paca'. La matriarca gitana sufrió un bajón de azúcar dada su diabetes y las cuatro horas de tensos interrogatorios sin interrupción que se celebraron por la mañana.

El interrogatorio más largo fue el del paraguayo Ignacio Durand, 'Nacho'. Éste confirmó que fue secuestrado y torturado por los miembros del clan de 'La Paca'. Así contó que 'el Moreno' y 'El Loco', a los que identificó en el banquillo de los acusados, fueron a buscarle después de que se produjera el robo en el poblado. Amenazado con un bate de béisbol y con un «no te hagas el listo, o te parto la cabeza», fue obligado a subirse en un coche y conducido a casa del hermano de 'La Paca' en Son Banya. Allí, según declaró, fue torturado y «humillado» para desvelase el paradero del dinero. Permaneció en esta situación unas doce horas. En todo este tiempo, 'La Paca', de acuerdo con el testimonio, dirigió el interrogatorio y las torturas: «Ella daba las órdenes y me daban puñetazos». El testigo, que además está personado como acusación particular en el juicio, también corroboró la presunta extorsión por parte del jefe de policía José Gómez, 'Pepote' y la abogada María de los Àngeles López y confirmó haber recibido dinero de esta última. Eso sí, no pudo concretar a preguntas de las defensas por qué sus familiares no avisaron a la policía del secuestro ni por qué los daños que constan en el parte de lesiones no corresponden con una agresión continuada de doce horas. Estaba también prevista la comparecencia de la pareja de Durand, pero ésta se encuentra en Paraguay y no se presentó al juicio. Antes de Durand había testificado el juez José Castro, primer instructor de la causa, que se retiró por «enemistad manifiesta» con José Gómez. Admitió que su confianza en el inspector «permaneció inalterada» durante la investigación y que jamás sospechó que pudiera haber un caso de extorsión. «Me enteré en agosto, cuando me lo contó el jefe de la Policía Nacional y me quedé de piedra», aseguró. También añadió que 'Pepote' «sabía perfectamente cuáles eran las intenciones del juzgado». Incluso Castro contó que se decía que él y el inspector se habían repartido 200 millones de pesetas, «me reía de la maledicencia de la gente sin sospechar». El juez desmitió lo dicho por la abogada María de los Àngeles López y negó conocer ninguna negociación entre las partes: «En aquellos días se hacían todo tipo de conjeturas, a mí, todo rumor que corriera no me venía mal», explicó. Otra versión de los hechos incriminatoria para 'Pepote' y López fue la que dio el jefe de estupefacientes de la Policía Nacional, Antoni Suárez. En su testimonio ratificó cómo 'la Guapi' le denunció la supuesta extorsión que padecía su madre por parte de su compañero, «no acabábamos de creerlo, pero nos llamó la atención el detalle con el que lo contaba, por lo que empecé albergar alguna sospecha clara de que el tema olía muy mal», afirmó. Tras varios meses de negociación, consiguió que 'La Paca' le facilitase la grabación de la conversación en la que 'Pepote' presiona a la matriarca para que negocie. Además, negó que tuviera una mala relación con José Gómez, «me inclinaba más en la simpatía hacia él que en la antipatía». El inspector acusado siempre ha argumentado que es víctima de un montaje por parte de Suárez. Eso, a preguntas de Eduardo Valdivia, abogado de María de los Àngeles López, reconoció que no pidió a 'La Paca' detalles que contrastaran la versión que le había dado 'La Guapi'.

Con todo, el climax del juicio fue el interrotario de los abogados José Oliver y Catalina Pou, defensores de varios miembros del clan de 'La Paca' y, antes de este juicio de la propia jefa del grupo. Su declaración se produjo a petición de la defensa de María de los Àngeles López, quien sostiene que lo único que hizo fue negociar con ambos una indemnización para sus clientes. Se esperaba que ambos letrados se amparasen en el secreto profesional para no declarar. Sin embargo, por sorpresa, el Tribunal que preside el magistrado Eduardo Calderón decidió que decidiría si cada una de las preguntas vulneraba o no la confidencialidad de las conversaciones entre abogado y cliente. De esta manera ambos tuvieron que contestar a las preguntas de Eduardo Valdivia. Catalina Pou negó la negociación; sin embargo, Oliver sí reconoció que se había reunido con López y 'La Paca'. Al ser preguntado por el contenido de la reunión se acogió al secreto profesional, igual que cuando se le interrogó sobre si se autorizó algún pago. En ese momento, Oliver añadió la apostilla, «pero me gustaría contestar», lo que motivó que el juez Calderón preguntara a la propia Paca si autorizaba a responder a su ex letrado. La respuesta de ésta fue: «no». Tanto Oliver como Pou negaron taxativamente haber acompañado a López a Son Banya en la entrega de 300.000 euros por parte de 'La Paca'.

Por la tarde testificaron también el jefe de la Policía Nacional, Elicio Amez y el agente de paisano que identificó a varios miembros del clan en una gasolinera de la calle Manacor. Éste último ratificó su declaración, clave a la hora de establecer el secuestro de Santa Ponça; más aún después de que no declarara el turista que vio cómo subían en el coche de los familiares de 'la Paca'.