Lo que pintaba muy mal acabó en una angustiosa desaparición con final feliz. El Cuerpo Nacional de Policía movilizó ayer a decenas de agentes y peinó el Parc de sa Riera, el estadio Lluís Sitjar y el cauce del torrente en busca de un niño de 8 años que pasó casi 20 horas desaparecido. Al final, el menor fue localizado junto a un amigo, no muy lejos del cementerio de Palma, en perfecto estado.
A las ocho de la tarde del martes el pequeño Sebastián salió de su casa y bajó la calle Pasqual Ribot en dirección al Parc de sa Riera. Tenía previsto jugar un partido de fútbol, pero no regresó a casa. Anocheció y su familia, muy preocupada, interpuso una denuncia en la Policía Local. El caso pasó al Cuerpo Nacional de Policía, que investigó lo ocurrido y esperó a las primeras luces del día para montar un impresionante dispositivo de búsqueda. La Unidad del Subsuelo registró alcantarillas y túneles, mientras un helicóptero del CNP llegó de Manacor para sobrevolar los descampados que delimitan el Parc de sa Riera, muy cargados de basura y maleza. A las tres de la tarde, cuando el pesimismo cundía entre todas las unidades, Sebastián fue encontrado cerca del parque, en perfecto estado. De vuelta a casa se había encontrado con un amigo, que le había convencido para pasar la noche fuera, de aventura. El menor quedó sorprendido de los numerosos policías que se habían desplegado y rápidamente fue llevado con su familia, que esperaba desesperada noticias de él. Por una vez, estas páginas tuvieron un final feliz.
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