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La Orden de los Jesuitas en Alemania y el Arzobispado de Berlín investigan el escándalo sobre supuestos abusos sexuales a menores practicado en el la escuela de élite Canisius de Berlín, de la orden de los jesuitas, cuyas víctimas ya superan la veintena.

La Orden de los Jesuitas, con sede en Munich, comunicó hoy que han abierto pesquisas para averiguar hasta qué punto conocía su cúpula los abusos que, al parecer, se practicaron con los menores de forma sistemática en los años 70 y 80 por parte de los profesores.

La fiscal, Ursula Raue, encargada de las diligencias del caso, ha elevado en los últimos días el número de víctimas, de siete a 22, después de que se hayan dirigido a la Fiscalía, por correo electrónico, varios presuntos afectados más, así como otras personas que aseguran tener conocimiento de los casos.

«Junto con el padre Klaus Mertes, el rector de la escuela, les transmito la pena y la vergüenza que nos suscitan los crímenes de nuestros ex compañeros», afirmó hoy el director la orden católica en Alemania, Stefan Dartmann.

El Arzobispado berlinés comunicó hoy que están investigando el caso de dos religiosos, uno de Berlín y otro de Dresde (este de Alemania) por las acusaciones de pederastia.

El caso salió a relucir esta semana en medios berlineses, a lo que siguió una comparecencia ante la prensa del rector Mertes, ofreciendo toda su colaboración en las investigaciones policiales.

La prensa alemana recoge hoy varios casos de supuestas víctimas que, de manera anónima, relatan los abusos sexuales a los que fueron cometidos por los religiosos.

El semanario «Der Spiegel», que sale a la venta el lunes, adelantó hoy una entrevista con el padre Wolfgang S., de 65 años, que actualmente reside en Sudamérica y que admite haber abusado sexualmente de sus alumnos.

«Es un hecho triste, que durante años maltratara y abusara de niños y jóvenes bajo pretextos pseudopedagógicos», apunta el religioso, quien sostiene que informó a sus superiores de sus actos en 1991.

Wolfgang S., explica que en las últimas décadas ha estado en contacto tanto con «torturadores como con víctimas» de la dictadura de Augusto Pinochet por lo que durante años estuvo «confrontado con el espejo de su pasado» como pederasta.

La escuela Canisius está regentada por la orden de los jesuitas y entre el colectivo de sus ex alumnos se encuentran hoy destacadas personalidades del ámbito económico y político, destacaba este rotativo.

El propio Mertes, ante los indicios de abusos sexuales de los docentes, envió semanas atrás una carta a unos 600 ex alumnos de ambos sexos, en los que les expresaba su consternación por los indicios de que en el centro ocurrieron «prácticas vergonzosas», «de forma sistemática» y «durante años».

La policía ha abierto investigaciones, aunque éstas se perfilan de final incierto, ya que tales crímenes habrían prescrito.

De acuerdo al código penal, los abusos sexuales prescriben diez años después de haber sido cometidos.

En el caso de los menores, como sería éste, esos diez años se cuentan a partir del momento en que acceden a la mayoría de edad -los 18 años-, es decir, los 28 años.

En el caso de la escuela berlinesa, se estima que los posibles afectados tienen ahora unos 40 años.