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Las denuncias por secuestro aumentaron un 90% en México durante los tres primeros años de la presidencia del conservador Felipe Calderón, según publicó ayer el diario Milenio con base a estadísticas oficiales. Se trata de unas cifras sin precedentes que han abierto un debate en aquel país y que preocupan mucho a los ciudadanos, que son los principales perjudicados.
Durante el sexenio de Gobierno de Vicente Fox (200-2006, también conservador) se denunciaron 2.593 secuestros, mientras que entre 2007 y 2009 -Calderón entró el 1 de diciembre de 2006- la cifra fue de 2.455.
Este delito también se duplicó de 2006, cuando se registraron 595 casos, a 1.181 el año pasado, lo que arroja una media de tres diarios, «muy superior a la registrada por países caracterizados por su alta incidencia en ese delito, como Colombia», apunto Milenio.
La cifra se incrementó un 40% de 2008 a 2009, ya que pasó de 838 a los 1.181. Los datos se encuentran contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
En México no existe una cultura de la denuncia, ya que muchos ciudadanos perciben a las autoridades como corruptas o ineficientes, y consideran una pérdida de tiempo o incluso un riesgo para su integridad el dar parte de un suceso del que han sido objeto.
Las estadísticas oficiales muestran en los últimos años que el índice de resolución de delitos comunes es efectivamente bajo.
Según las cifras del PND los delitos tanto del fuero común como del federal se han visto incrementados en estos tres últimos años.
Han subido especialmente los asesinatos del crimen organizado, que suman ya 22.750 durante el mandato de Calderón, una cifra muy superior a la registrada con Fox u otros presidentes.
Los analistas dicen que México vive el periodo más violento de su historia en relación al crimen organizado.
El secuestro es uno de los delitos que más preocupa a la ciudadanía, ya que afecta a todas las clases sociales. En los últimos tiempos se han realizado algunas marchas y concentraciones ciudadanas para pedir el fin de la inseguridad.
Pese a la puesta en marcha del Acuerdo Nacional por la Seguridad en agosto de 2008, que contemplaba 74 medidas para hacer descender los índices del crimen, estos no han descendido.
Entre los puntos con mayor incidencia delictiva del país se encuentra Ciudad Juárez, en la frontera norte, donde los cárteles del narcotráfico han emprendido una dura campaña de asesinatos. La ley del silencio es casi absoluta en aquella ciudad y las violaciones, torturas y asesinatos de mujeres son casi diarias.
La capital Ciudad de México y el contiguo Estado de México son también puntos calientes de la delincuencia.