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Un hombre de 35 años acusado de violar repetidamente e intentar matar a su pareja, con la que convivía junto a otra mujer a pesar de una orden de alejamiento por maltrato, ha pedido «perdón» públicamente en el turno de última palabra del juicio contra él celebrado hoy en la Audiencia de Palma.

El hombre, Mario A.C., de nacionalidad boliviana, había negado minutos antes en su declaración ante la sala los hechos de los que se le acusa y por los que la Fiscalía reclama 32 años de cárcel.

Sin embargo, al final del juicio se ha disculpado ante los jueces y ha afirmado que no lo volverá a hacer «nunca más». «Sé que las cosas, cuando uno las hace, las tiene que pagar», ha explicado, a lo que ha añadido que «el hombre se equivoca».

La Audiencia de Palma ha juzgado hoy a Mario A.C. por un delito de quebrantamiento de pena, dos delitos de agresión sexual, uno de homicidio en grado de tentativa y otro de violencia habitual, por los cuales el fiscal ha mantenido su petición de pena inicial de 32 años de cárcel.

Hechos

Los hechos enjuiciados ocurrieron en abril de 2009, cuando el acusado convivía en un piso con la víctima -pese a la orden de alejamiento- y con otra mujer con la que tenía dos hijos, una circunstancia que ambas aceptaban.

El hombre mantenía desde hacía ocho años una relación con la mujer víctima de la supuesta violación, que le había denunciado en dos ocasiones por agresión, a pesar de lo cual, y de mutuo acuerdo, vivían juntos.

Según ha explicado la mujer en el juicio, días antes de los hechos tenía la intención de dejar la relación porque él era «muy violento», la perseguía y amenazaba habitualmente, aunque no lo hizo ya que se encontraba débil al estar convaleciente de una operación de cáncer de útero.

Ha reconocido que tenía miedo del acusado y que se fue a vivir con él porque él se lo pidió: «Me sentía sola y habíamos acordado que no me maltrataría», ha afirmado.

La víctima ha asegurado que, días después de la operación, el acusado le forzó a tener relaciones y ha añadido que dos días más tarde volvió a hacerlo.

Según la versión de la mujer, ese último día, el 23 de abril, el hombre le impidió salir de la casa: «Para salir me das tu pasaporte y tu residencia. Si no, te mato», le espetó a la mujer, tras lo cual cerró puertas y ventanas, puso la música alta, la violó y la golpeó varias veces con una botella de cristal.

«Tengo que matarte porque estás sangrando mucho, no puedo dejarte así», le dijo entonces a la mujer, siempre según la versión de ésta.

La víctima ha relatado que, después de amenazarle, cogió un cuchillo e hizo el ademán de clavárselo, ante lo cual ella le consiguió calmar diciéndole que no le denunciaría.

A consecuencia de esta agresión, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico, varias heridas en la cabeza, la fractura de un dedo de la mano y contusiones varias, por lo que requirió tratamiento médico durante 72 días.

En su declaración, el acusado ha negado haber violado y agredido a su ex pareja y ha sostenido que cuando llegó a casa se la encontró con otro hombre y comenzó a discutir con ella.

Durante la discusión, ha dicho, la mujer sufrió una caída accidental que le causó las lesiones. Luego, intentó curarla y, al ver «que la cosa era muy fuerte», llamó a un taxi para llevarla al hospital. «No le dije lo que yo le hice (al taxista), le dije: 'he tenido un accidente'», ha explicado.

Respecto a las lesiones de la mujer, unos peritos forenses han testificado que es «bastante improbable que una sola caída» las haya producido y responden más a una agresión con objeto contundente que a una caída.

Testigos

También ha declarado en el juicio la otra mujer con la que convivía el acusado y con la que tiene dos hijos, quien ha afirmado que los cinco eran «como una familia» y que el hombre le confesó que la víctima le había dicho que se quería ir de casa.

Otro de los testigos ha sido el hombre con el que la mujer supuestamente mantenía una relación, el cual ha indicado -al igual que ella- que solo eran amigos, al tiempo que ha explicado que el acusado le amenazó de muerte varias veces por estar con su pareja.