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La Policía Local de Palma irrumpió en la realización de un rito satánico y de magia negra que se estaba celebrando en la noche del sábado al domingo en un descampado de la urbanización de Puntiró, en Palma.

Según los primeros indicios, numerosos vecinos comunicaron a los servicios de emergencia que en las inmediaciones de la zona residencial habían visto a unos hechiceros, al parecer africanos y vestidos con «ropas muy extrañas, como de magos».

Los hechos se produjeron en la urbanización de Puntiró, sita en la carretera vieja de Sineu, concretamente a la altura del kilómetro 11, pero dentro del término municipal de Palma.

Rápidamente, numerosas dotaciones de la Policía Local de Palma se personaron en el lugar. Al percatarse de la presencia policial los supuestos santeros africanos emprendieron la huida, dejando todos los enseres del ritual y prendiéndoles fuego para evitar cualquier tipo de pruebas.

Con suma celeridad, uno de los agentes cogió un extintor y consiguió apagar las llamas.

Una vez sofocado el fuego, los agentes iniciaron una exhaustiva investigación. Entre los objetos intervenidos había numerosos restos de animales sacrificados, cabezas de gallinas, patas de conejos etc... Además, los agentes localizaron una caja de madera envuelta en papel de color rojo y negro, un vaso lleno de un polvo de color blanco, manzanas partidas en dos, cuatro trozos de naranjas, velas de distintos colores, el fondo de la caja lleno de palomitas de maíz y una bolsa de la que todo apunta que lo que había en su interior eran restos de animales.
Las primeras llamadas de los vecinos se registraron sobre las 23.20 horas y todas coincidían en apuntar que los santeros eran africanos e iban vestidos con ropas «extrañas».

Uno de los vecinos consultados por Ultima Hora no ocultaba su preocupación por la proliferación de actos satánicos y de magia negra en la zona. «Cada seis meses se suelen reunir un grupo de magos o hechiceros negros y tienen a la barriada acojonada haciendo vudú», concluye un residente que prefiere mantener su anonimato.

«Con el tema de la magia negra y de los hechiceros sabemos que hay mucha leyenda, pero los que vienen aquí no son niñatos para jugar. Estos se dedican profesionalmente y hacen conjuros y ritos», concluye otro vecino.
La Policía Local ha abierto una investigación con la finalidad de esclarecer lo sucedido.