El atracador, a la derecha, junto a los policías accidentados en la persecución. | Picasa

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Un director de banco corriendo tras el atracador, un policía local rodando por los suelos y un delincuente detenido que dice que robó por la crisis. Un guión para la segunda parte de Un día de furia, con una salvedad: ocurrió ayer en las calles de Palma.


El atracador entró armado con una pistola simulada en la Banca March de Francesc Martí Mora, pasadas las diez y media de la mañana. Tras amenazar al personal sustrajo 890 euros y se dio a la fuga corriendo. Había aparcado un viejo Audi en las inmediaciones, pero nunca llegó al coche. Dos policías locales pasaban casualmente por esa calle y el director de la oficina, al verlos, salió a la calle gritando, y empezó a seguir al atracador. Los policías hicieron lo mismo y uno de ellos cayó de la moto y se lesionó levemente. La tensión fue máxima porque en esos momentos no se sabía si el arma era real o de juguete.


Al final, Francisco O., de 41 años, fue interceptado y reducido. Alegó que atravesaba serias penurias económicas y fue recluido en los calabozos de San Fernando, a la espera de su traslado a la Jefatura Superior de Policía. Ahora se investiga si fue el mismo delincuente que el lunes asaltó otra Banca March de Palma, en la calle Catalunya. Esa vez el botín fue ridículo: 60 euros.


Por otra parte, el Grupo de Atracos detuvo a un hombre que supuestamente atracó un estanco en la calle Cervantes y una farmacia.