Luis, el veterano encargado de la playa, con la mano lesionada en la agresión. | Michel's

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Vuelven los ‘hooligans'. Que es lo mismo que decir que vuelven los incidentes. El encargado de la playa de Punta Ballena, en Magaluf, fue agredido ayer por un británico que le golpeó y le rompió el dedo de una mano.

Con la llegada del buen tiempo y del mes de mayo, la zona de Magaluf se está animando y la Policía Local y la Guardia Civil han detectado un aumento en el número de turistas que acaban la noche con sonoras borracheras, algo muy habitual en los meses de verano. En la playa, algunos veraneantes llegan muy bebidos y también protagonizan incidentes.

Agresión

El jueves por la mañana, Luis, un histórico encargado de las hamacas en la playa de Magaluf, se dirigió a un joven, que estaba tendido sobre una hamaca. Le preguntó si deseaba pagarla o si quería marcharse a la zona gratuita, y el extranjero, sin mediar palabra, se abalanzó sobre él.

Le propinó golpes y uno de los impactos le rompió uno de los dedos de la mano del trabajador, que lleva 33 años encargándose de la playa de Magaluf. El herido tuvo que ser atendido en un centro médico, y después pudo regresar al trabajo, con una mano inmovilizada y todavía con el susto en el cuerpo por lo que había ocurrido.

Ayer, este diario comprobó que la situación en la playa, junto a la conflictiva calle de Punta Ballena, está degenerando. Por la mañana había unos 25 vendedores ambulantes, cargados de cinturones, gafas y otros artículos falsificados, que vendían a los turistas. La gran mayoría de ellos eran subsaharianos, que cada año repiten en la misma playa.

Además, había cerca de 15 masajistas asiáticas, que este año han cambiado el ‘look' para parecer más occidentales y tratar de pasar desapercibidas.

Las mujeres se ofrecían a los bañistas tumbados en la arena y, por un módico precio, pactaban un masaje bajo la sombrilla.

Quejas

Esta situación, nada más comenzar la temporada turística, ha llevado a muchos empresarios de la zona a pedir más refuerzos. «De día por aquí no vemos a ninguna patrulla, y sería bueno que se dejaran ver porque los ‘hooligans' así estarían más tranquilos», apuntó un comerciante, que se mostró indignado tras conocer la agresión que había sufrido Luis, el encargado de las hamacas en la playa de Magaluf.