Andreu Coll, al llegar a los juzgados de Inca. g Foto: A. S.

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El juzgado de Instrucción número 2 de Inca ha abierto los teléfonos móviles de Andreu Coll y de Francisco Abas, los autores confesos del asesino del padre del primero en Alaró.

Durante los días previos a la detención de ambos jóvenes, la Guardia Civil obtuvo autorización judicial para escuchar las conversaciones que ambos mantuvieron. En una de ellas, los dos comentaron la sospecha de que una tía de Andreu supiera algo del crimen. También hablaban sobre el reparto de la herencia millonaria del empresario asesinado. Sin embargo, los mecanismos de escucha de teléfonos no permiten captar las conversaciones por programas de mensajería a través de internet móvil como WhatsApp. De esta manera, para acceder a lo que pudieran comentar entre ambos esos días, ayer se procedió a abrir los móviles y revisar el contenido de estas conversaciones.

Los dos jóvenes comparecieron ayer en un juzgado de Inca que asumirá la causa a partir de ahora después de que se inhibiera el de Palma. A pesar de que el cuerpo de Andreu Coll apareció en Bunyola, al haberse cometido el crimen en su casa de Alaró, corresponde al partido judicial de Inca.

Pruebas

El titular del juzgado convocó ayer a los dos detenidos y prorrogó la prisión provisional de ambos ante el riesgo de que puedan alterar o manipular pruebas o fugarse. Andreu Coll y Fran Abas no declararon ayer. En su primera declaración judicial admitieron que habían matado a golpes al padre del primero en la madrugada del 30 de junio. El móvil del crimen, según dijeron ambos, era el trato que la víctima daba a su hijo.