Dinero, móviles y droga intervenidos por la Policía Nacional.

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Renovarse o morir. Los principales narcos de la droga del poblado de Son Banya están modernizando sus técnicas de autoprotección e ingeniando nuevas técnicas para evitar el acoso policial al que vienen siendo sometidos en los últimos meses. Todo ello pudo observarse en el último asalto al poblado perpetrado el pasado martes contra el clan de 'Los Bizcos'.

Tras varios meses de investigación, casi un centenar de agentes del Grupo de Estupefacientes, Seguridad Ciudadana, helicóptero y Policía Científica procedieron a la entrada y registro de nueve viviendas del poblado de Son Banya. Los interiores de las viviendas se encontraban intercomunicados entre sí para dificultar la actuación policial. De esta manera, cuando la Policía Nacional entra en el poblado el margen de maniobra de los vendedores y de sus 'aguadores' para ocultar el género o tratar de deshacerse del mismo es mayor. Entre los mecanismos de seguridad, los delincuentes cuentan con depósitos de 500 litros llenos de disolvente y conectados al desagüe directo para poder eliminar la droga ante posibles entradas policiales.

El martes, cerca de 100 agentes de la Policía Nacional participaron en el macro redada contra el narcotráfico en el poblado de Son Banya. Los agentes registraron durante tres horas nueve domicilios del poblado intercomunicados entre sí y procedieron a la detención de ocho personas. Además, el líder del clan de 'Los Bizcos' arrestado junto a su mujer y un guardaespaldas en un chalé de la localidad de Alaró, donde guardaba 130.000 euros en efectivo detrás de la chimenea.

En estos registros fueron arrestados, tres hombres y cinco mujeres, y se incautó medio kilo de cocaína, un kilo de marihuana, varias básculas de precisión y útiles para el corte de la droga, así como 20.000 € en efectivo.

Paralelamente, el líder del clan de 'Los bizcos' fue localizado en un chalé de Alaró, donde se ocultaba junto a su mujer y un guardaespaldas. Este líder había cambiado una o dos veces de domicilio cada mes durante los últimos ocho meses e incluso se había cortado el pelo para intentar pasar desapercibido. Sobre él pesaba una orden de ingreso inmediato en prisión dictada por la Audiencia de Palma.