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«Pido perdón a los perjudicados, a mi familia y a la Sala. Y tengo que dar las gracias a los que me han ayudado porque ya estoy prácticamente fuera». Un hombre de 62 años aceptó una condena de cinco años y medio de prisión por dos delitos de agresión sexual a dos adolescentes, uno de tráfico de drogas y otro de corrupción de menores. En todos ellos, la Fiscalía le reconoce como atenuante su alto consumo de estupefacientes, además del hecho de que haya indemnizado a las dos víctimas con las cantidades íntegras que se le reclamaban.

Prostitución

Los hechos arrancan en el año 2009. El acusado contactó con una joven de 16 años que accedió a prostituirse en un club que él regentaba en la calle Vileta de Palma. En un momento dado, la menor intentó dejarlo y el acusado admite que la obligó a mantener relaciones sexuales con él. La Fiscalía ha retirado un cargo respecto a esta menor. Inicialmente sostenía que había sido retenida durante veinte días en el domicilio del acusado y que éste la había forzado diariamente durante ese periodo. La acusación pública ha desistido de mantener este hecho.

Dos años después el acusado intimidó a otra menor, en este caso de 17 años de edad para que mantuviera relaciones con él amenazándola con que algo malo le ocurriría a su familia si se negaba.

Cuando fue detenido la policía le incautó distintas cantidades de cocaína y hachís que el acusado pretendía vender.