«A partir de estos hechos te cambia mucho la vida. Tener la sensación de perder la seguridad de tu casa. Es terror. No se puede explicar el terror». La mujer que fue asaltada por tres desconocidos en su casa de Cas Català la noche de Reyes de 2013 relató lo ocurrido ayer en el juicio contra dos personas por este atraco. La víctima vivía sola en el domicilio. A media noche le despertaron ruidos en el salón. Salió a oscuras de su dormitorio. «Un individuo me empotró contra la pared. Me puso unas tijeras de podar en el cuello y me inmovilizó con una malla de gimnasia», contó.
El primer asaltante después avisó por teléfono a otras dos personas. Los tres estuvieron en la vivienda buscando objetos de valor con la víctima maniatada y con la cabeza tapada para que no los reconociera. «¡Calla! ¡Te mato! ¡No mires!», mientras tanto la amenazaban. Incluso la enrollaron el cuello con una tela y apretaron para asfixiarla y forzarla a revelar el número de seguridad de sus tarjetas de crédito. Antes de irse de la casa aseguraron las ligaduras con las que la retenían para que no pudiera moverse. Cuando se marcharon, la víctima cuenta que: «Estuve un rato escuchando para asegurarme de que se habían ido. No se imaginan la cantidad de sonidos que puedes oír en el silencio». Después consiguió liberarse, «no me explicó cómo». Salió al descansillo y llamó a las puertas de todos los vecinos.
La mujer no pudo reconocer a ninguno de los asaltantes. Sin embargo, sí que identificó a uno de los dos como una de las personas que habían trabajado en su casa para cambiarle el parqué.
Los acusados niegan haber intervenido en el asalto. Uno de ellos asegura que estaba jugando en su casa con el ordenador. Incluso, a pesar de que la Guardia Civil les capturara porque usaron sus móviles en la casa, lo niegan. El único que acepta haber estado en el lugar asegura que había bebido una gran cantidad de alcohol y que no estaba en condiciones de cometer un acto de este tipo. Los dos aluden a un tal 'Claudio' que vivía con uno de ellos como subarrendatario de una habitación y al que culpan del atraco. Cada uno se enfrenta a una petición de once años de prisión.
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que se pudran en la carcel.......gran trabajo de la Guardia civil de Calvia..Enhorabuena
Pobres mallorquinos parese que ahora es peor,es largo tiempo no voy a Majorca.