El acusado, esta mañana sentado en el banquillo de los acusados. | Alejandro Sepúlveda

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Andrés R.G., el jardinero acusado de asesinar con una catana y varios cuchillos a una ex compañera de trabajo después de ser despedido en una finca de la localidad mallorquina de Bunyola en abril de 2013, ha admitido su culpabilidad y se ha conformado con una pena de 17 años y 6 meses de prisión.

La Fiscalía y la acusación particular que ejerce la familia de la fallecida han acordado un escrito conjunto al que se ha adherido también la defensa, en el que se le acusa del asesinato con alevosía de la mujer, que cometió «por ánimo de venganza».

El juicio ante un tribunal del jurado se ha celebrado esta mañana en la Audiencia de Palma con la lectura de dicho escrito de conformidad y la admisión de la culpa por parte del acusado. El jurado deberá emitir su veredicto y el tribunal, en base a lo solicitado por las acusaciones, fijará la pena en una sentencia.

El hombre ha declarado en el juicio que ya admitió los hechos y se disculpó ante la policía cuando fue detenido y también mediante una carta que escribió desde la prisión a la familia de la mujer que asesinó.

El acusado trabajaba desde 2011 como jardinero y operario de mantenimiento en la finca Ca Na Paloni, a la altura del kilómetro 3,8 de la carretera de Santa Maria a Bunyola, empleo del que fue despedido a mediados de diciembre de 2012 por la administradora tras varias desavenencias.

El jardinero, de 47 años, consideró a la encargada de limpieza de la finca, una mujer de 54 años, responsable del despido. Según las acusaciones, el 10 de abril de 2013 el hombre acudió a la finca, entró saltando una alambrada, se escondió detrás de un pozo cercano a la vivienda y esperó a que llegara la encargada de limpieza.

Cuando llegó la mujer, «Andrés le atacó por sorpresa, golpeándole la cara con la catana, sin que la mujer pudiera repeler la agresión, y continuó agrediéndola hasta que cayó», recoge el escrito de acusación. La mujer murió por la hemorragia que le causaron las múltiples heridas de arma blanca que sufrió.

El acusado ha aceptado su culpabilidad en un delito de asesinato con alevosía sin circunstancia atenuantes por el que la fiscal ha asegurado que procederá imponerle una pena de 17 años y 6 meses de prisión e inhabilitación especial durante la condena.

Además deberá indemnizar al viudo de la fallecida con 150.000 euros y a la hija con 50.000 euros. Ambos han declarado brevemente como testigos durante el juicio para confirmar que reclaman una indemnización.