Fuentes del Obispado de Bilbao han informado de que el suceso se ha producido en la céntrica calle bilbaína María Díaz de Haro, por la que Uriarte suele pasear casi todos los días, ya que reside en la cercana parroquia del Carmen, en Indautxu.
En ese momento, una mujer extranjera se acercó al obispo emérito pidiéndole una limosna, a lo que Uriarte no accedió, y después le tomó la mano con la aparente intención de besársela, pero le arrancó el anilló y salió huyendo.
El obispo emérito de San Sebastián, que iba vestido con un traje negro y alzacuellos, ha presentado una denuncia ante la Ertzaintza por el robo del anillo, que para él tiene un valor más simbólico que económico, ya que lo recibió cuando fue nombrado obispo, según las mismas fuentes.
Uriarte (Frúñiz, Bizkaia, 1933) fue nombrado obispo de Zamora en 1991 y en el año 2000 sucedió a José María Setién en la diócesis de San Sebastián, donde desempeñó está función durante diez años.
13 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Paula: supongo que tú das limosnas a todos los pedigüeños que se te acercan. Yo también me partiría el culo de risa si te robasen a tí (sólo a tí). La señora, como tú la llamas, es una vulgar ladrona, que supongo no distingue entre un obispo y cualquier otro mortal.
Perdóname, no me gusta nada ladrones pero tengo que decir que partí me culo de risa con eso, mas ya que el miserable obispo no dio un céntimo a la señora.
Por qué no dio de comer al hambriento?
Me gustaría saber el método que sigue el censor para publicar o no publicar los comentarios. Antes dije que no me extrañaban los comentarios, y que, si la víctima fuese un padre o un abuelo de estos que no condenan el robo a un anciano de más de 80 años (aunque sea obispo), si serían tan benevolentes y comprensivos. Ya me gustaría saber que hay de insultante en mi comentario.
Devoción es en estado puro.
Esto le paso por tacaño.Me alegra que no lo robaran a un pobre.
Pues un anillo puede acabar en muchos sitios, acordaros de la película Airbag.
Seguramente el sr. obispo, en su proximo sermón, les dirá a los fieles que hay que perdonar...
Esto es como el carterista, que se confiesa al cura de haber robado una cartera, y el cura le pregunta ¿Y era mucho dinero? y el chorizo le contesta; no lo sé, padre pero usted debería saberlo (era la cartera del cura que le había mangado mientras le hablaba de sus pecados)
¡ Y me quejo yo ! dejé el paraguas a la entrada de un comercio y se los llevaron todos, y diluviaba. Me acordé de toda su familia. Ya no se libra ni la Curia