El tribunal provincial considera probado que el hombre colocó en los baños de la sala de acceso a las urgencias el 2 de febrero de 2013 un explosivo que él mismo había fabricado con una botella de plástico llena de salfumán, tornillos y bolitas de aluminio, que llegó a explotar, dañó una baldosa y le causó heridas leves en los ojos.
La sección primera de la Audiencia de Palma recuerda en la sentencia que el hombre reconoció desde el primer momento y también el día del juicio ante el tribunal su participación «directa, material y voluntaria» en los hechos.
Ante la circunstancia de que el acusado admitió los hechos desde el principio, evitando investigaciones innecesarias, lo que llevó al esclarecimiento de lo ocurrido, el tribunal estima que procede apreciar la atenuante de confesión como muy cualificada, por lo que le condena a 2 años de prisión, como solicitaba su abogado.
La Fiscalía pedía una condena de 6 años de prisión.
2 comentarios
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És terrorisme d'extrema dreta, ergo és terrorisme bo. Això és lo que pensa el bossot d' aqui baix, però per jo tot el terrorisme és un crim que ha de tenir condemnes dures.
A cualquier cosa llaman bomba. Me parece algo exagerada la condena de la gamberrada.