Dos agentes del Seprona empaquetando material intervenido. | Guardia Civil

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Decenas de jeringuillas usadas, mascarillas para suministrar a los caballos vapores o productos gaseosos, sondas naso gástricas para la administración directa al estómago y una gran cantidad de medicamentos sin etiquetar o rotulados en lengua extranjera. Este es el «cóctel de productos» que la Guardia Civil encontró en la operación Cabriol contra el maltrato y dopaje a los caballos de carreras de trote.

Este viernes la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de la Guardia Civil emitió un comunicado en el que informaba que la investigación se inició «hace varios meses». Los agentes descubrieron que algunos preparadores, en algunos casos con el consentimiento de los dueños, dopaban a los animales «con el único objetivo de aumentar el rendimiento del animal, sin tener en cuenta los posibles efectos negativos» para su salud. Las diligencias del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) estallaron el miércoles por la tarde, cuando los agentes irrumpieron en el hipódromo de Son Pardo y en cuadras de Manacor, Llucmajor, Sant Jordi, Vilafranca, Felanitx, Cala Millor y Búger.

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Un juzgado de Manacor dio cobertura legal a todas los registros y entre los ocho detenidos en la operación hay uno que está considerado el cabecilla de la red, el encargado de distribuir los medicamentos ilegales para los caballos trotones. Ahora se investiga cómo recibía esos productos y no se descarta que se produzcan más detenciones o imputaciones por su colaboración con la trama.

Los registros duraron bastantes horas y de los ocho arrestados, siete quedaron en libertad antes de pasar a disposición judicial.