Fotografía de archivo fechada el 20 de julio de 2014 en la que aparece un operario de cámara mientras graba un detalle de los restos del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en el lugar de la caída del avión, cerca de Grabovo, a 100 km de Donetsk (Ucrania). | Efe

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El fabricante ruso de sistemas de defensa antiaérea «Almaz-Antei» reconoció hoy que el vuelo MH17 malasio derribado en el este de Ucrania con 298 pasajeros a bordo fue alcanzado probablemente por un misil disparado desde la lanzadera Buk-M1, fabricada hasta 1999 por el consorcio ruso.

El análisis de los daños en el fuselaje del Boeing que en agosto de 2014 se estrelló en una zona del este de Ucrania controlada por los separatistas prorrusos, concluye de forma preliminar que el avión recibió el impacto de un proyectil disparado por un Buk-M1, aseguró en una rueda de prensa el director general del consorcio, Yan Nóvikov.

La peculiar forma de la metralla sacada del fuselaje del Boeing-777 de Malaysia Airlines, en poder del fabricante ruso sólo desde el pasado mes de marzo, no deja dudas acerca de que «si el ataque fue perpetrado por un lanzamisiles tierra-aire, sólo pudo tratarse de un Buk-M1» y un misil 9M38M1, precisó Nóvikov.

«Tenemos pruebas irrefutables de que este tipo de misiles están en disposición de Ucrania», denunció al mismo tiempo el director general de «Almaz-Antei», quien aseguró que el consorcio revisó a petición de Kiev el arsenal ucraniano en 2005 y constató que en ese momento el Ejército de ese país tenía 991 proyectiles 9M38M1.

Declinó, sin embargo, responder a qué país pertenecía el misil disparado contra el MH17, aunque subrayó que los proyectiles de ese tipo fueron retirados de la producción en 1999, tres años antes de que la mayoría de los fabricantes rusos de sistemas de defensa antiaérea se integraran en el consorcio «Almaz-Antei».

Por otro lado, el informe presentado por el fabricante señala que el misil no fue lanzado desde la localidad de Snezhnoe, entonces controlada por los rebeldes, sino desde las proximidades de otro núcleo urbano, Zaróshinskoe, en manos de las fuerzas ucranianas.

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Al parecer, los expertos de «Almaz-Antei» demostraron que el impacto del misil en el aparato fue lateral, mientras que si hubiera llegado desde Snezhnoe habría sido frontal.

El consorcio considera que fue la tragedia del Boeing malasio lo que provocó que la compañía fuera incluida en la lista de empresas rusas sancionadas por la Unión Europea a causa de la crisis de Ucrania.

«Queremos demostrar que el consorcio no tiene nada que ver con la tragedia en el cielo sobre Ucrania y que, en consecuencia, las sanciones económicas que se le han aplicado son infundadas y no ajustadas a derecho», se quejó Nóvikov.

El vuelo MH17 cubría la ruta entre Amsterdam y Kuala Lumpur y sobrevolaba el este de Ucrania cuando fue alcanzado presuntamente por un misil, siniestro en el que murieron sus 298 ocupantes.

Las autoridades ucranianas acusaron del derribo del avión a los secesionistas que, a su vez, negaron contar con armamento capaz de abatir un blanco a la altura a que volaba el avión.

Casi un año después, la investigación del siniestro, liderada por los Países Bajos, está lejos de concluir, como ha reconocido recientemente el ministro holandés de Seguridad y Justicia, Gerard Adriaan van der Steur, quien calificó el proceso de «muy complejo» y evitó hablar de plazos para esclarecer las causas de la tragedia.