Los participantes en la Vuelta Ibérica guardaron un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas en Castellón y se reunieron para decidir si suspendían o no la prueba. | AEPAL

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«Conociendo a los compañeros pensamos que el mejor homenaje es seguir realizando la vuelta, nos reunimos tras el accidente y creemos que el mejor homenaje es seguir volando». Antonio Pinedo, secretario de la Asociación Española de Pilotos de Aeronaves Ligeras (Aepal), organizadora de la Vuelta Ibérica, explicó ayer que después del accidente en el que murieron los mallorquines Miquel Estela y Pep Lluís Salvador «nos reunimos los participantes y la organización para decidir qué hacíamos y se acordó de forma unánime que el mejor homenaje era seguir volando en su nombre y completar el circuito previsto en su honor».

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Pinedo matizó que «visto desde fuera puede parecer irreverente continuar la Vuelta, lo fácil habría sido suspenderla, pero conociendo a los compañeros se decidió seguir». «El día del accidente se paralizó la actividad pero es un deporte, hay un riesgo que se debe minimizar y tenemos que seguir trabajando para minimizarlo, pero a veces en el deporte hay accidentes, las pruebas se suspenden cuando ocurren pero después continúan», agregó el secretario de Aepal.

Todos los participantes de la Vuelta Ibérica portan crespones negros en señal de duelo por la muerte de Miquel Estela, de 63 años, y Pep Lluís Salvador, de 51, vecinos de Palma y Santa Maria, respectivamente. El ultraligero que pilotaban se estrelló contra una caseta durante la maniobra de despegue, el lunes por la mañana, en el aeródromo de Viladamat (Girona), cuando partían hacia Castellón.