Magdalena Crespí y Joan Riutort, junto a sus perros ‘Negre’, ‘Fosca’ y ‘Taca’ en Santa Eugènia. | Pere Serra

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Magdalena Crespí y Joan Riutort residen en el Camí de la Torta en Santa Eugènia. Este matrimonio mallorquín vive desde hace aproximadamente cinco años una auténtica pesadilla por culpa de un vecino que se dedica a envenenar a sus perros.

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«A mi marido lo han tenido que ingresar dos veces por culpa del disgusto de ver cómo le asesinaban los perros. ‘Taca', la perrita que Joan tiene en brazos, se salvó dos veces de morir gracias a que la llevamos a tiempo a la clínica veterinaria donde estuvo ingresada mucho tiempo. Nos han matado cinco perros y otros tantos que finalmente hemos conseguido salvar», apunta Magdalena, con lágrimas en los ojos al recordar lo sucedido.
«Cada día nos levantamos angustiados y lo primero que hacemos es ir a ver si los perros están bien. Para nosotros, ‘Taca', ‘Fosca', ‘Negre' y ‘Pruna' son como de la familia. No entendemos cómo puede haber gente tan insensible y cruel con los animales», destaca Joan Riutort.

Por su parte, fuentes próximas a la investigación policial realizada por el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) a las que ha tenido acceso Ultima Hora, confirman que estos envenenamientos son un claro caso de maltrato animal. El principal sospechoso -imputado en la causa- responde al nombre de Bartolomé A.N., y en el año 2004 ya fue declarado culpable por la Audiencia Provincial de Palma de varios delitos contra el medio ambiente, consistentes en utilizar veneno indiscriminadamente para matar animales y de abrir un vertedero ilegal en su finca. Por ello, los magistrados le condenaron a diez meses de prisión y tres años de inhabilitación de caza.