Uno de los policías detenidos en el marco de la ‘operación Sancus’ entra en el cuartel de San Fernado para proceder al registro de sus pertenencias escoltado por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. | Alejandro Sepúlveda

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La trama de policías corruptos detenidos en el marco de la 'operación Sancus' actuaba como una auténtica mafia profesional de extorsionadores. Según fuentes próximas a la investigación a las que ha tenido acceso Ultima Hora los arrestados ayudaban a un selecto grupo de empresarios 'amigos' –conocidos propietarios de grupos de ocio nocturno y hoteleros afincados en Mallorca– y extorsionaban, coaccionaban y se cebaban con todos aquellos locales que de manera legal ejercían algún tipo de competencia contra sus protegidos.

El modus operandi utilizado por la trama policial consistía en cobrar un 'impuesto revolucionario' a locales del ocio nocturno. Si aceptaban el pago del mismo –consistente en ocasiones en dinero y otras veces en favores de toda índole– los policías les ofrecían su protección, les daban chivatazos de posibles inspecciones y les quitaban multas.

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En caso contrario, el hostigamiento era máximo. Si un local funcionaba correctamente y no era de los catalogados como 'amigos' les llovían las inspecciones, multas, control de ruidos, terrazas etc...

No todos los detenidos formaban parte del entramado mafioso, pero la Fiscalía Anticorrupción acusa a varios de ser conocedores de las extorsiones y no hacer nada para evitarlo.