El radiólogo alemán, de camino al juicio en la Audiencia de Palma en el que fue condenado a 34 años de cárcel. | Michel's

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Veinte años después de uno de los crímenes más espeluznantes que se recuerdan en Mallorca, y todavía preso, ha muerto en Alemania Peter Rudeger Oynzten. El ‘doctor muerte' asesinó en 1996 a sus dos hijos en un hotel de sa Coma, para evitar que su mujer, de la que se había separado traumáticamente, se quedara con ellos.

El radiólogo alemán estaba de vacaciones en la Isla con su hija Katharina, de 8 años, y su hijo Mathias, de 6. Un juzgado de su país le había concedido la guarda y custodia a su exmujer. Tras inyectar un potente somnífero y aire en las venas a los dos pequeños, dejó sus cuerpos sobre las camas de su habitación del hotel y les colocó una flor entre las manos y cogió un autobús en dirección a Pollença. Su supuesta intención era quitarse la vida lanzándose desde el mirador de Formentor. Cuando fue detenido por la Policía Local, deambulando entre las rocas, Oyntzen sostuvo que había querido quitarse la vida en tres ocasiones, pero le había faltado valor.

El juicio condenó al médico alemán a 34 años de cárcel e ingresó en la penitenciaría de la carretera de Sóller. En 2009, el abogado de Oyntzen pidió oficialmente su traslado a una prisión alemana, para que pudiera estar cerca de su familia. Dos años después, en virtud del acuerdo en materia penitenciaria entre España y Alemania, el ‘doctor muerte' fue trasladado a una prisión de su país. Ya en régimen de tercer grado, sólo acudía a dormir. Últimamente, su estado empeoró por un cáncer y hace unos días falleció.