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Dos acusados han aceptado este jueves sendas penas de un año de prisión y el pago de multas de 1.080 euros tras admitir que encubrieron un crimen en su empresa para ocultar la explotación laboral a la que sometían a sus trabajadores.

El juicio ha concluido con un acuerdo entre las partes en la sección séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, y el tribunal han condenado de viva voz a los dos acusados, -uno de ellos, Pedro C.T., con síntomas evidentes de embriaguez-, al tiempo que ha impuesto otros 6 meses de cárcel a una tercera procesada también por encubrimiento, y ha absuelto a un cuarto.

Por su parte, el presunto autor material del crimen, Mustafá E.M., no ha podido ser juzgado todavía porque se fugó hace años al ser puesto en libertad provisional después de cumplir tres años de prisión preventiva, han explicado fuentes jurídicas.

Los hechos ocurrieron el 17 de marzo de 2008 en una nave industrial de Pilar de la Horadada (comarca de la Vega Baja) dedicada a carpintería metálica y lacados cuando, presuntamente, Mustafá E.M. cogió una herramienta de madera, denominada galce, y golpeó reiteradamente con ella a otro en la cabeza.

La víctima cayó al suelo inconsciente y con una fuerte hemorragia, poco después se presentaron en la nave los responsables de la empresa, Pedro C.T. y Joaquín Jesualdo, G.A., junto a la entonces mujer de uno de ellos, Fouzia E.F.

Los gerentes de la mercantil, tal y como han reconocido hoy ellos mismos, se «asustaron» porque sus trabajadores se encontraban en situación irregular y decidieron ocultar lo sucedido.

De esta manera, limpiaron la sangre, destruyeron el arma utilizada en la agresión, cambiaron de ropa al herido y lo trasladaron hasta un centro de salud, si bien éste falleció días más tarde en un hospital por las lesiones.

Una inspección de trabajo posterior en la nave industrial reveló que los operarios eran en su mayoría inmigrantes magrebíes en situación irregular, y que no eran dados de alta en la Seguridad Social y carecían de las medidas de seguridad e higiene necesarias para desarrollar su trabajo.

Uno de los empresarios que han sido condenados este jueves por delitos de encubrimiento y contra los derechos de los trabajadores, Pedro C.T., ha acudido al juicio con síntomas evidentes de embriaguez.

De hecho, él mismo ha confesado a su abogado varias veces en los pasillos de la Ciudad de la Justicia de Elche, en presencia de los medios de comunicación, que estaba «borracho» al haber tomado «dos copazos» porque se hallaba «muy nervioso».

El procesado desprendía un fuerte olor a alcohol y tenía el habla pastosa y ha llegado a cruzar insultos con la acompañante de otro acusado mientras se tambaleaba ostensiblemente y necesitaba a menudo la ayuda de terceros para tenerse en pie, tal y como ha podido comprobar Efe.

A pesar de ello y una vez en la sala de vistas, al ser preguntado por el presidente del tribunal ha expresado su conformidad con los delitos que se le atribuían (conformidad) y el año de cárcel pedido por el fiscal.

En cualquier caso, ha sido incapaz de recordar la fecha exacta de su nacimiento, varios abogados le han instado a callarse y se ha despedido de los magistrados con un «gracias» y varios «olés».

Con posterioridad, al ser preguntado por el estado en que se hallaba este acusado, el abogado de la acusación particular, Carlos Bernabé Pérez, ha recordado a los periodistas que ni la defensa, ni la fiscal ni los magistrados han entendido que dicha circunstancia fuera óbice para celebrar la vista y dictar sentencia.

De hecho, este letrado, que representa al hermano del fallecido, ha recordado que el acuerdo beneficiaba tanto a Pedro C.T. como a los otros dos condenados porque suponía una rebaja sustancial de las penas solicitadas inicialmente por las acusaciones.