Según han informado este miércoles fuentes cercanas al caso, el hombre, de nacionalidad lituana, llegó al aeropuerto de Barcelona en un vuelo procedente de Brasil, ocultando en el interior de su organismo un total de 34 cápsulas, con entre 12 y 15 gramos de cocaína cada una.
Tras superar los controles de seguridad aeroportuarios sin ser detectado, el hombre se dirigió hacia la estación de la línea 9 del metro de la T-1, donde accedió sin pagar, ya que saltó por encima de los tornos de validación de billetes.
Un vigilante del metro se acercó hacia el hombre, para recriminarle su actitud, momento en el que también acudió al lugar una patrulla de los Mossos d'Esquadra.
El hombre empezó entonces a convulsionar, se desplomó y, una vez en el suelo, le salió espuma por la boca, por lo que los agentes avisaron al Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que, cuando llegó, trató de reanimarle sin éxito.
Según han informado los Mossos d'Esquadra, la autopsia del cadáver ha confirmado que una de las cápsulas con la droga le estalló en el interior de su organismo, lo que le causó la muerte.
Un portavoz de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha indicado que en ningún momento hubo contacto físico entre el vigilante de seguridad y el hombre, ya que tan sólo se limitó a recriminarle su actitud y a exigirle que validara el billete para acceder al metro.
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