El agente posa para este diario en las escaleras de entrada de la comisaria. | Julio Bastida

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Andrés es un joven policía del Grupo de Radio Patrullas (‘zetas') del Cuerpo Nacional de Policía. Hace unos días, estando fuera de servicio, acudió a la playa de Son Verí Nou para tomar el sol y nadar un rato. «Ya me marchaba del lugar cuando, de repente, escuché a un señor mayor pedir ayuda desde agua. El hombre estaba tratando de remolcar un cuerpo, pero las fuerzas le flaqueaban. Sin pensármelo ni un segundo me quité la ropa y me tiré al agua. Con grandes esfuerzos y con la inestimable ayuda del bañista conseguimos remolcar el cuerpo hasta la orilla. Una vez en tierra, comencé las maniobras de reanimación mientras que una mujer que estaba en la playa alertó a los equipos de emergencia del 112», relata el joven agente.

«La víctima era un mujer de unos 70 años y estaba totalmente inconsciente. Además, no tenía pulso y no respiraba. Tras unos diez minutos de RCP conseguimos remontarla y recuperar tanto la respiración como el pulso. Unos minutos más tarde llegaron las ambulancias del SAMU-061 y los compañeros de la Guardia Civil de Llucmajor y de la Policía Local. La ayuda se demoró debido a que la zona donde se produjo el incidente era de difícil acceso y los profesionales tuvieron serios problemas para fijar el punto exacto del acantilado.

La mujer permaneció tres días en la UCI y posteriormente fue trasladada a planta donde aún permanece ingresada. Según los últimos partes facultativos, en estos instantes su vida no corre peligro.
«No hay mayor satisfacción para un policía que poder salvar la vida de una persona. Estoy plenamente convencido que cualquier otro compañero hubiera hecho lo mismo», concluye nuestro particular héroe humanitario.