El máximo responsable de la ‘operación Iron Belt’ consiguió desarticular de un zarpazo a los clanes de ‘La Eva’ y ‘Los Benabad’ | Alejandro Sepúlveda

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Juan Carlos Rubert nació en Inca hace 34 años y es el sargento jefe del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Llucmajor (ahora denominada Policía Judicial de Algaida). Rubert estuvo al frente de la ‘operación Iron Belt', calificada como la madre de todas las actuaciones realizadas en Balears contra el tráfico de drogas.

—¿Qué tiene la ‘operación Iron Belt' que la diferencie del resto de actuaciones practicadas en Mallorca?
—Se trata de una operación donde se ha conseguido desarticular a dos de los clanes más importantes de la Isla y destronar a ‘La Eva', la sucesora de ‘La Paca', histórica matriarca del poblado de Son Banya.

—¿Nos podría resumir la operación en cifras?
—En las diferentes fases participaron más de 250 agentes de la Guardia Civil y se saldó con 99 detenidos –44 de ellos ingresaron en prisión–, 102 registros (en Mallorca, Burgos y Madrid) y la incautación de más de 100 kilos de droga, 480.000 euros en efectivo, 16 caballos purasangre y 15 coches de alta gama, entre otras muchas cosas.

—¿Quién es Eva Crespo, ‘La Eva', para catalogarla como la sucesora de ‘La Paca'?
—Hablar de ‘La Eva' es hacerlo de la líder de un clan que hasta la fecha tenía el poder prácticamente absoluto del poblado de Son Banya. Tras múltiples apostaderos, vigilancias y testificales podemos afirmar que manejaba grandes cantidades de droga y regía los mismos con mano de hierro. En esta operación hemos destronado a la sucesora de ‘La Paca'.

—¿Quién y por qué le pusieron el nombre de ‘Iron Belt' a la operación?
—El nombre se lo pusimos en entre los componentes del grupo del Equipo Judicial. ‘Iron Belt' significa cinturón de hierro. Al tratarse de dos clanes muy herméticos y hasta la fecha infranqueables les atribuimos esa condición. Al final, con tesón y trabajo, conseguimos desarticularlos.

—Volvamos al clan de ‘La Eva'. ¿Cuánta droga podía llegar a manejar?
—En el momento de su desarticulación tenía activos tres puntos de venta en Son Banya y estaba a punto de abrir un cuarto. Los mismos tenían una gran capacidad de venta y podían despachar algo más de cinco kilos de cocaína mensuales.

—¿La sucesora de ‘La Paca' tocaba la droga?
—Eva Crespo era una líder en el poblado. En uno de los registros hallamos una importante cantidad de droga en casa de ‘La Noemí' –sobrina de ‘El Lolo', marido de ‘La Eva'– en una casa anexa a la de la matriarca. Lo más curioso es que la llave de la caja fuerte estaba en posesión de la principal cabecilla del clan.

—¿Eran ‘Los Benabad' un clan totalmente desconocido hasta la fecha?
—No. Lo que sucede es que su líder, Marcos Benabad, es un hombre muy inteligente. Como cabecilla no tocaba prácticamente nada de droga y blanqueaba el dinero obtenido de forma ilícita a través de testaferros, numerosas empresas pantalla, compraventas de inmuebles y con su ganadería de caballos: Benabad Cortés.

—¿Cómo consiguió la Guardia Civil ‘cazar' al líder de la organización?
—Eso forma parte de la investigación y no podemos destapar nuestras cartas, pero os aseguro que supuso muchas horas de vigilancias, apostaderos y arduas gestiones.

—¿Reconoció los hechos?
—No, nunca. Encontramos varios kilos de sustancia -al parecer cocaína-, sustancias de corte, dinero, armas, etcétera en su domicilio. Lo más curioso es que al intervenir 2,5 kilos de hachís en su propiedad afirmó que era de su hijo menor, que tiene 15 años de edad.

—En el sumario aparece un mallorquín identificado como Juan Vidal. ¿Qué papel desempeñaba en la trama?
—Al principio pensábamos que no era nadie importante en la organización criminal, pero a medida que transcurría la investigación policial nos percatamos de que estábamos ante uno de los eslabones más destacados. Vidal era un herrador de caballos bastante reconocido. Viajó a Colombia por motivos de trabajo. Tras permanecer en el país sudamericano una temporada consiguió contactos con los cárteles colombianos.

—¿Es Vidal un intermediario?
—Es algo más que un intermediario. Vidal se convirtió en un eslabón importante. Era el nexo de unión entre los clanes de ‘Los Benabad', ‘La Eva', y otros narcotraficantes de la Península y los cárteles de la droga en Colombia. Cuando llegó a Mallorca entabló una buena amistad con Marcos Benabad por temas relacionados con los caballos y posteriormente se iniciaron en el tráfico de drogas.

—¿Eran conscientes de la magnitud de la operación?
—Nunca pensábamos que sería tan grande, pero es cierto que teníamos constancia de que ‘La Eva' era la sucesora de ‘La Paca' en el poblado de Son Banya y que ‘Los Benabad' era un clan muy activo.

—¿Cuáles han sido las dificultades con las qué se han encontrado a lo largo de la investigación?
—Los narcos trabajaban con una gran cantidad de empresas, constructoras y ganaderías que utilizaban como tapaderas para blanquear el dinero procedente del narcotráfico. Además, eran especialistas en imponer la ley del silencio y del miedo.

—¿Cómo ejercían la ley del silencio?
—Marcos Benabad era muy respetado. Su clan disponía de una sala de torturas. Eso lo dice todo.