Las mafias utilizan personas con discapacidad o malformaciones para dar pena a los conductores y así obtener mayores limosnas. | Alejandro Sepúlveda

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Un clan mafioso procedente de Rumanía controla y utiliza a más de medio centenar de personas de esa misma nacionalidad y de etnia gitana que padecen alguna discapacidad para pedir limosna por las calles y los supermercados de Palma. Esta mafia ha conseguido hacerse con el control de cerca del 95 por ciento de las personas que mendigan en la capital balear. En estos momentos hay algo más de un centenar de pedigüeños en Palma, de los que apenas dos o tres son españoles.

El Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local ejercen un férreo control sobre el clan y los mendigos, pero el secretismo, el miedo y la imposición de la denominada ‘ley del silencio’ entre los gitanos rumanos dificultan –o imposibilitan– el trabajo de las fuerzas del orden.

Según información policial a la que ha tenido acceso Ultima Hora, el grueso de los mendigos que operan en semáforos y puertas de supermercados de Palma son procedentes de Rumanía. Pero la cúpula mafiosa tiene su centro de operaciones en Burgos y Valladolid. La policía tiene contabilizadas más de un centenar de personas que se dedican a pedir limosna de manera organizada.

Los agentes no pueden cuantificar con exactitud el importe neto de los beneficios, pero estiman que cada indigente puede obtener unos ingresos de entre 75 y 100 euros diarios. Es decir, que la red delictiva podría conseguir unas entradas económicas por encima de los 4.000 euros diarios.