Un operario con una excavadora procede a enterrar a un caballo en una finca de Palma. | @policia

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La Policía Nacional ha detenido a un empresario y dueño de un club de equitación de Palma por vulnerar los derechos de los trabajadores a quienes obligaba a trabajar 12 horas diarias todos los días de la semana y «vejaba constantemente» y por maltrato animal ya que enterraba a los caballos muertos en su finca y mataba a gatos a disparos.

Según han explicado desde la Policía Nacional en un comunicado, algunos de los contratos de sus trabajadores, que hacían 12 horas diarias, eran de 30 horas semanales, no superaban los 800 euros de salario y no tenían derecho a pagas extra.

Además, se incumplían las vacaciones anuales sistemáticamente, los empleados no disfrutaban del período vacacional establecido por convenio ni a la compensación correspondiente por vacaciones no disfrutadas, «bajo la amenaza de ser despedidos y no percibían finiquito».

Según informan, las víctimas, llevadas por sus «diferentes situaciones económicas y personales (cargas familiares, hipoteca, etc)», y «por miedo a perder su única fuente de ingresos», se veían «obligados a aceptar las condiciones laborales impuestas por los empresarios».

Entierro de caballos en la finca y disparos a gatos

Respecto al maltrato animal, el empresario no avisaba al veterinario cuando se ponían enfermos para ahorrar dinero y eran los mismos trabajadores los que les suministraban los medicamentos. Cuando no tenían cura los ejecutaba y los enterraba en la misma finca, junto a los acuíferos activos que hay en la misma.

Asimismo, explican desde el Cuerpo Nacional de Policía, el detenido tenía como afición «matar a los gatos de la finca disparándoles con una escopeta» puesto que según él había «muchos».

Por otra parte, también llevaba a cabo la destrucción de embarcaciones que ya no tenían reparación. Eran los empleados los que llevaban a cabo estas tareas, y otras de reparación, «sin equipo de protección, ni gafas protectoras, ni mascarilla».

Las embarcaciones también se enterraban en la misma finca o se abandonaba en la finca contigua.

Por esto, se le detuvo y el pasado martes la Conselleria de Medio Ambiente llevo a cabo dos inspecciones.