Pedro Horrach, junto a Julio Bastida y Juan Pedro Martínez. | Alejandro Sepúlveda

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«No llevo pistola y tampoco he tenido la necesidad de adoptar ningún tipo de medida de seguridad durante mi etapa como fiscal. Nunca me he sentido amenazado y por tanto, nunca he temido por mi vida». Así de claro y rotundo se mostraba el exfiscal anticorrupción Pedro Horrach durante la entrevista concedida este viernes al nuevo programa de sucesos, tribunales y emergencias Ley y orden de Ultima Hora Radio.

Durante algo más de 25 minutos, el que fuese uno de los fiscales anticorrupción más mediáticos de España no dudó en reconocer que a lo largo de su trayectoria profesional «he recibido algunas cartas de contenido difamatorio, otras de contenido amenazante, pero nunca sentí amenazada mi integridad física ni la de mi familia. De hecho, nunca he llevado pistola ni tomado ningún tipo de medidas de seguridad. Yo no puedo hablar por lo que pasa por la cabeza o las circunstancias por la que atraviesa algún excompañero (en referencia al fiscal Miguel Ángel Subirán). Si ha sufrido situaciones en las que viera su integridad amenazada, en el caso de ser así, es totalmente lógico que adoptara medidas de protección».

Horrach, tras conseguir su ansiada excedencia para dedicarse a la abogacía, recordó la presión mediática a la que se vio sometido. «La última etapa del ‘caso Nóos' fue dura. El sufrimiento personal y familiar fue muy elevado debido a la presión y críticas mediáticas constantes a las que estaba sometido. Uno llega a poner cuero suficiente para poder soportar estas presiones pero, como en todos los ámbitos de la vida, llegan a hacer merma».

«Se me ha criticado e incluso catalogado por algunos medios como el abogado de la Infanta. Lo he dicho muchas veces y no me cansaré nunca de reiterarlo: No he recibido ninguna presión de ningún ámbito judicial, institución ni personal», apunta el letrado.

Uno de los puntos más distendidos de la entrevista radiofónica fue el momento en el que los presentadores Juan Pedro Martínez y Julio Bastida le preguntaron por su famosa portada en la revistas Vanity Fair. «La idea de ser portada de Vanity Fair no surgió de mí. Fueron los responsables de la revista quienes se pusieron en contacto conmigo, les atendí como he atendido a todo el mundo y de ahí surgió todo. Si miran el recorrido de la revista verán como a lo largo del tiempo han ido apareciendo personajes de toda índole social y económica. No me extrañó. Es más, me enorgulleció ser portada. Además, las fiestas de Vanity Fair son...preciosas».