La Fiscalía solicitaba provisionalmente para él una pena de 15 años y 5 meses de prisión por un delito de homicidio y otro de profanación de cadáver, aunque el sospechoso ha dicho no estar conforme con esa condena.
En su declaración, durante la primera sesión de este juicio que continuará mañana en la Audiencia de Alicante, el homicida confeso ha admitido que acabó con la vida de la víctima, Joaquín J.B., de 59 años, durante una discusión.
En los días posteriores, José Luis P.V. se dedicó a trocear el cadáver con la ayuda de diversas herramientas que compró en una ferretería y un establecimiento regentado por ciudadanos chinos. El acusado almacenó primero los restos del cuerpo en un frigorífico y, posteriormente, con la ayuda de una persona que no ha podido ser identificada, los sacó del domicilio para deshacerse de ellos.
El homicida los trasladó en una furgoneta hasta un huerto cercano cuya ubicación conocía porque había pertenecido a un hermano suyo. Allí, con la ayuda de las herramientas de una casa de aperos, los enterró en diversos puntos del terreno, tal y como ha reconocido el propio procesado, quien ha añadido que tomó todas estas decisiones en solitario.
José Luis P.V. ha reconocido que en los días anteriores llegó a pedir a los vecinos del edificio de la víctima que no se preocuparan si escuchaban ruidos, pues estaban haciendo unas reformas en el piso.
Por otro lado, ha admitido que tenía poderes del fallecido para representarle en la venta de una vivienda que había heredado junto a su hermana, aunque no ha querido responder a la acusación particular de si mató a Joaquín J.B. para quedarse con ese dinero.
Tras el reconocimiento del crimen por parte del encausado, la Fiscalía ha renunciado a la declaración de catorce policías nacionales para no dejar «desasistida» a la Comisaría de Denia, así como a ocho peritos y a otros cuatro testigos
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