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El sábado fueron encontrados dos perros ahorcados en la zona de Es Ca Marí, en Formentera. Uno había estado salvajemente apaleado y colgado posteriormente en un árbol de un bosque cercano a su casa. El otro lo dejaron ahorcado en el corral de las gallinas, al lado mismo de la casa de la dueña de ambos canes. La muerte de ambas mascotas, una de ocho años y la otra de tan sólo cuatro meses, no se debe a un hecho aislado ya que en esa zona se ha denunciado la desaparición de varios perros y gatos y tan solo hace un año la misma propietaria encontró otro de sus perros colgado.

Ante tal situación, representantes de la asociación protectora Acción San Francisco colgaron fotografías de los animales muertos en las redes sociales para alertar a los vecinos y denunciar este lamentable hecho. Asimismo, ayer lunes al mediodía la presidenta de la asociación se personaba en las dependencias de la Guardia Civil para presentar una denuncia de los hechos, ya que la propietaria de los perros, que también es miembro de la asociación, estaba muy afectada y prefirió no acompañarla a hacer la denuncia.

Fue la misma propietaria la que avisó a los miembros de la asociación el sábado y cortó las cuerdas de las que colgaban los animales. Posteriormente, el veterinario de la clínica de la Savina identificó los cadáveres mediante la lectura de su chip y estos fueron enterrados, acciones hechas de buena fe pero que dificultarán las pesquisas de los agentes encargados de la investigación de los hechos.

En este sentido, las recomendaciones son que al encontrarse un animal muerto hay que avisar a las autoridades pertinentes. Si la muerte se ha producido en una vía urbana por atropello hay que ponerse en contacto con la Policía Local; si el animal se encuentra en medio rural y ha sido ahorcado o muestra signos de violencia se debe avisar a la Guardia Civil. La denuncia la ha de formular el propietario de la mascota y si no se le localiza ha de ser un veterinario quien identifique al animal mediante lectura del microchip.

Si el animal muerto no representa un peligro para el tráfico se debe mover de donde se ha encontrado, a fin de facilitar las investigaciones de los agentes del Seprona o de la benemérita encargados de examinar el cadáver y esclarecer las circunstancias del deceso. Sólo una vez hechas las fotografías y recabados todos los indicios por los agentes será momento de mover al animal y proceder a su entierro.