Juicio con jurado popular en la Audiencia de Palma por el asesinato de Son Servera. FOTO:PERE BOTA | Pere Bota

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El Tribunal del Jurado ha emitido este lunes un veredicto de culpabilidad para el acusado de matar a su pareja sentimental en Son Servera en marzo de 2016. Este, por su parte, ha reconocido los hechos y ha admitido que, tras asfixiarla con intención de causarle la muerte, la dejó en la cama como si estuviera dormida.

El procesado, C.G.V.G. que tenía 22 años en el momento de los hechos, ha reconocido el crimen contra V.S. de 19 años. Durante el juicio, que ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Palma ante la presencia de un jurado popular, el homicida ha aprovechado su último turno de palabra para pedir «perdón» a la familia «por lo ocurrido».

Finalmente, las partes implicadas han acordado una pena de cárcel de 18 años (15 por homicidio y tres por malos tratos) y una indemnización a los padres de la víctima que asciende a 200.000 euros. Esto es más de lo que pedía la Fiscalía -14 años y 100.000 euros de indemnización- pero menos de lo que pedía la acusación particular (30 años de cárcel).

Según se ha destacado en el juicio, el procesado fue, horas más tarde de matar a su pareja, a confesar los hechos a las dependencias de la Guardia Civil de Artà. El guardia civil que le atendió ha explicado en su intervención como testigo que este «nunca fue preciso» y que se encontraba «nervioso» cuando acudió a explicar lo ocurrido.

Otro guardia civil ha detallado que tanto la madre como el tío de la víctima le habían pedido en distintas ocasiones «que dejara la relación» ya que conocían el historial de maltrato del acusado.

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En el escrito acordado por todas las partes se detalla que el acusado «ejercía un control absoluto» sobre V.S., «teniéndola sometida y atemorizada, maltratándola de forma habitual, motivo por el que tuvo que acudir en reiteradas ocasiones a los servicios de urgencias».

De hecho, este ha reconocido que la maltrataba de «forma habitual» y que realizaba un control sobre ella, así como de su teléfono móvil. En concreto, la joven tuvo que acudir a urgencias por lesiones en distintas ocasiones (agosto 2010, dos veces en octubre de 2012 y otra en septiembre de 2014). Por esta última agresión, C.G.V.G. ya había sido condenado.

Por otro lado, el especialista del laboratorio de criminalística que participó en el caso ha detallado que la casa estaba «muy desordenada» pero no presentaba «signos de violencia en ninguna de las habitaciones» hasta que entró en la que se encontraba la víctima. «Estaba recostada y tapada con una manta y ya presentaba las primeras rigideces y marcas de asfixia o sofocación», ha explicado.

Asimismo, una de las forenses que llevó a cabo la autopsia ha señalado que V.S. presentaba «hematomas en brazos y antebrazo», debido a que fue agarrada fuertemente de los mismos, y también tenía signos de haber sufrido una «fuerte presión en la boca». Además, ha reiterado que la causa de la muerte fue «asfixia por sofocación».

En concreto, el nuevo escrito recoge que tras una «discusión», el agresor, «con la intención de acabar con su vida», la agarró fuertemente del cuerpo, le tapó la boca y la nariz con una mano, «ejerciendo una gran presión e impidiendo que pudiera respirar». Pocos minutos después, esto le provocó su muerte por asfixia mecánica por sofocación.