Paqui muestra una prenda mordida por los roedores. | P.S.

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Vivir con tres ratas de gran tamaño campando a sus anchas por su casa es la situación que, desde hace cinco días, se ve obligada a combatir Paqui Valls, una vecina de la calle Felipe II, en la barriada de ‘Corea'. En el tiempo transcurrido desde que fueron detectados los roedores han mordido distintos enseres y varias prendas de vestir.

«El otro día había preparado una coca que dejé reposando un par de horas y cuando volvía faltaba medio pastel y el trapo de al lado estaba lleno de agujeros», relata Valls. «Ese mismo día de madrugada me levanté de la cama porque hacía mucho calor, fui al sofá de la sala y en la puerta de la habitación de mi hijo oí unos ruidos. Pensé que era mi marido, pero era una rata que estaba trepando por el termo. Tiene que venir mi hijo a poner una rejilla para que las ratas no se puedan volver a colar por ahí», explica la vecina.

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Paqui ha colocado media docena de bolsas de veneno en la terraza trasera de la vivienda, que da a un patio interior repleto de basura. Desde ahí se cuelan los roedores. La vecina ha denunciado los hechos al Ajuntament de Palma pero, según ella, «no me han hecho caso. Dicen que el aviso está dado pero no hacen nada».

«Y es que las ratas llegan aquí por el estado de degradación que sufre ‘Corea'. El barrio está de basura que da asco. Asco. Las calles están tan sucias que me da vergüenza pasar por la mierda que hay», critica Valls.«Tengo un nieto de nueve meses. ¿Qué pasa si se pone a jugar por el patio? Le puede salir una rata, cualquier cosa. Yo no quiero eso para mi nieto. Cualquier día le morderán a un niño que esté jugando y habrá una desgracia».