Imagen del exoficial jefe de la Patrulla Verde, Antoni Mesquida.

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La declaración de Antoni Mesquida, uno de los exjefes de la Patrulla Verde de la Policía Local de Palma que fue desvelada este miércoles por Ultima Hora, permite hilvanar la presunta trama de corrupción policial de Palma a la Fiscalía Anticorrupción y al juez instructor.

Mesquida se convierte, de manera sorpresiva, en uno de los testigos clave del proceso, en un ‘colaborador’ directo del fiscal Subirán. Las defensas de algunos policías imputados en la ‘operación Sancus’ entienden ahora cómo, a pesar de las acusaciones tan directas de varios testigos contra él, no había sido ni imputado ni detenido, como el resto. De hecho, varios testigos protegidos de la causa, tal y como recoge el propio auto judicial del juez Manuel Penalva, señalan que el exoficial «trabajaba descaradamente para el Grupo Cursach, recibía regalos, prebendas y quizás dinero».

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En este sentido, un testigo protegido, que es empresario, con fecha 9 de junio de 2016, denunció que «Mesquida trabaja de forma descarada para el Grupo Cursach, haciendo desaparecer denuncias y sanciones impuestas al citado grupo empresarial. Antonio Mesquida no daba trámite y ocultaba expedientes sancionadores que afectaban al grupo». Por denuncias similares, otros policías han permanecido en prisión preventiva durante meses.

El auto judicial también recoge que Mesquida, tras ser cesado como jefe de Patrulla Verde, fue destinado a la comisaría de Platja de Palma, y que recibió este destino gracias a la influencia que el grupo Cursach tenía sobre los mandos policiales. «Nuevamente comenzó a beneficiar a los negocios del Grupo Cursach de tal manera que desaparecían los expedientes y sanciones», señala el juez Penalva en uno de sus autos.