En rueda de prensa conjunta, responsables de la Policía de Constanza y de la Fiscalía de Ravensburg (en el suroeste del país) confirmaron este sábado que las sospechas sobre el hombre, arrestado el viernes, se han reforzado con análisis de ADN y de pruebas recogidas en su domicilio.
En la casa del detenido, un alemán que presentó en el pasado problemas psicológicos y al que calificaron de «solitario» y «excéntrico», se hallaron restos de etilenglicol, el compuesto químico incoloro y ligeramente dulce que se utilizó para contaminar los tarros de comida infantil.
Se llegó al hombre gracias a las pistas facilitadas por los ciudadanos, después de que las autoridades hicieran público el pasado jueves el chantaje a los supermercados y difundieran la imagen que habían captado del sospechoso las cámaras de seguridad de una tienda.
Tras activarse la alerta, alrededor de 2.000 personas se pusieron en contacto con la policía, que había advertido de la gravedad del caso y había señalado que se tomaba la amenaza «muy en serio».
La policía analizó alrededor de 300 pistas y acabó deteniendo al sospechoso a primer hora de la tarde local del viernes, cerca de la ciudad de Tubinga (suroeste del país).
El hombre guarda silencio ante los investigadores y la Fiscalía ha solicitado para él una orden de prisión provisional bajo la acusación de intento de extorsión, a la espera de comprobar si debe ser también inculpado de intento de asesinato.
El hombre envió mensajes de chantaje a las principales cadenas de supermercados y droguerías alemanas en los que advertía de que, si no se le pagaban varios millones de euros, colocaría en filiales de todo el país productos envenenados.
Para demostrar la seriedad de su amenaza, había repartido ya cinco botes de comida de bebés contaminados en tiendas de la ciudad de Friedrichshafen (suroeste) e indicó dónde lo había hecho, por lo que la policía pudo retirarlos de la circulación.
De uno de los tarros incautados se pudo conseguir una muestra de ADN que relaciona al detenido con los hechos, señaló la policía, que analiza también un ordenador portátil hallado en un contenedor de ropa usada localizado cerca de la casa del sospechoso.
Las autoridades indicaron, no obstante, que es pronto para levantar la alerta y volvieron a pedir a los ciudadanos precaución a la hora de comprar alimentos, ya que no se sabe qué pudo hacer el hombre desde que se difundió su imagen hasta que fue detenido.
La posibilidad de que sea acusado de intento de asesinato, explicaron, sigue abierta porque desde que colocó los botes envenenados en las estanterías hasta que la policía los encontró hubo un margen de tiempo en el que un consumidor podía haberlos adquirido
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