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La facturación del Grupo Cursach contaba «con diferencias de nueve millones euros entre lo ganado y lo declarado fiscalmente», según se puede leer en las conversaciones y mensajes de SMS hechos públicos este lunes, tras el levantamiento del secreto de sumario de la causa que investiga la presunta trama de corrupción dentro de la Policía Local de Palma.

Según las conversaciones esto se conseguía mediante diferentes mecánicas, entre las que se destaca la facturación en 'B' de parte de susnegocios, como por ejemplo la facturación a jóvenes de viajes de estudios. Así, en un mes de junio -fecha típica de estos viajes- se podía defraudar hasta «dos millones de euros», según el auto del juez.

Sobre esto, se explica que el 90% es facturación en dinero negro. Esto se hacía con bonos colectivos para los estudiantes que incluían Tito's, Pachá, BCM y una sala del restaurante Ses Tres Germanes, entre otras.

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Estos bonos, según se puede leer el auto, superaban la capacidad real que se podía vender y, a veces el aforo, se superaba hasta tres veces lo permitido y esto no se podía hacer «sin estar de acuerdo con la Policía Local para que no supervise y no inspeccionase el aforo».

Según otro testigo, un antiguo empleado del grupo, esta línea se corrobora ya que este aseguró que se podía llegar a defraudar «hasta cuatro o cinco millones de euros al mes».

En este sentido, había diferencias de nueve millones entre el dinero ganado realmente y lo declarado fiscalmente, destaca el juez.

En cuanto a las conversaciones entre Bartolomé Sbert y un empleado, que revelarían «el desfase» se destaca una en la que se reconoce que se ha «dado un beneficio realmente de cuatro, cinco millones de euros» a pesar de que «ellos pensaban que sería de más».