Un instante de la inspección de la discoteca Tito’s llevada a cabo por la Policía Nacional. | Alejandro Sepúlveda

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La Agencia Tributaria abrió inspección a ocho empresas del Grupo Cursach antes de que el empresario fuera detenido. La inspección de Balears examinaba los pagos de los impuestos de Sociedades y el IVA en varios ejercicios, entre los años 2011 y 2013, «con alcance general». La labor inspectora se dirigía contra las sociedades Magainver, una sociedad matriz de la que dependen varias empresas menores y que gestiona Tito’s y otras como BCM Disco Empire, Palma Management, Retruc, Portukel, Interbal de Servicios y Promociones Ejel, una sociedad unipersonal.

A raíz de los arrestos de los principales directivos del grupo, la Agencia Tributaria remitió al juzgado una comunicación en la que informaba de la apertura de estas inspecciones y solicitaba copia de «toda documentación con trascendencia tributaria» que pudiera aflorar en la causa. Sin embargo, un informe posterior, fechado el pasado mes de agosto, señalaba que no había indicios de que se hubieran defraudado cuotas por encima de los 120.000 euros en los ejercicios inspeccionados.

La posibilidad de un delito de blanqueo de capitales u otro conta la Hacienda Pública se ha investigado casi desde el inicio de la causa. El juez instructor cuenta con distintas declaraciones de testigos que apuntan a la existencia de cajas B en los negocios de Cursach y que han afirmado que sólo se declaraba un porcentaje menor de la cantidad que se facturaba en los locales de ocio nocturno. En la causa también hay conversaciones en las que los directivos del grupo hablan de la situación fiscal de la empresa y de los contactos que tienen con un funcionario de la Agencia Tributaria. En esas conversaciones muestran su contrariedad porque no sea este quien se ocupe de un asunto.