Según informan fuentes de la investigación, las laceraciones que la víctima presentaba en los genitales cuando fue atendida en el ambulatorio podrían relacionarse con una infección, por lo que se practicarán cultivos que lo confirmen.
El acusado deberá comparecer este martes en los juzgados de La Bisbal d'Empordà (Girona) al mantenerse la causa abierta a la espera de las pruebas médicas pendientes.
Aunque los primeros exámenes en el ambulatorio que activaron el protocolo para este tipo de situaciones apuntaban incluso a abusos sexuales, la principal hipótesis ahora es la de que se produjo un cúmulo de circunstancia que llevaron a sospechar de una actuación criminal de la que ahora se duda.
La sangre que presentaba el cadáver, ya que la menor llegó sin vida al centro sanitario, se relacionaría en este momento con el intento de reanimación que se le practicó previamente durante más de una hora.
De todos modos, las pruebas pendientes incluyen también detección de tóxicos en sangre y orina para descartar cualquier tipo de violencia contra la bebé.
Por el momento, los forenses no pueden determinar las causas de la muerte de la menor, y si tampoco aparece nada extraño cuando se completen los análisis solicitados, se determinará que fue natural.
El hombre puesto ahora en libertad es un joven de veintiséis años y nacionalidad ecuatoriana que compartía vivienda en Torroella de Montgrí con la madre de la fallecida, de veintiún años y origen hondureño, y otra hija también menor.
El caso despertó tal alarma social que la ONG Save the Children ha condenado lo que se presumía como un asesinato y ha reclamado una ley que proteja la infancia de la violencia.
Igualmente, el Ayuntamiento de Torroella de Montgrí anunció que se presentaría como acusación y que ejercería la acción penal en el proceso judicial.
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Para eso está la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo...